¿Por qué nos enamoramos?

Cuando un hombre recibe la mirada directa de una mujer que le atrae, su cerebro libera dopamina, una sustancia involucrada en el deseo y la sensación de placer, y entonces se enamora.

Está afirmación responde a la pregunta que quizá te has hecho: ¿por qué nos enamoramos?

Al respecto, Eduardo Calixto, del Instituto de Psiquiatría Ramón de la Fuente, asegura:

Cuando te enamoras participan alrededor de 15 elementos, entre neurotransmisores, hormonas y sustancias endógenas, pero sin dopamina, no hay amor.

La dopamina es una hormona que cambia la excitabilidad de las neuronas y activa el sistema límbico, lo que provoca que tu corazón palpite con más fuerza, sientas motivación y seas más ilógico y menos reflexivo.

Una persona de 25 años de edad libera el doble de dopamina cuando está enamorado que una de 50

  Química cerebral

Recientes investigaciones de científicos británicos confirman que la sensación de estar enamorados es el resultado de la química cerebral en 99.9%.

Durante esta etapa,  en el cerebro se activan de 12 hasta 19 áreas, mientras unas trabajan otras se inhiben, de lo contrario nos convulsionaríamos en el proceso.

Incluso, la dopamina disminuye conforme avanza el enamoramiento, ya cuando besas y acaricias a tu pareja liberas poco a poca esta hormona, hasta que sus niveles caen.

En tres años se acaba la dopamina del enamoramiento en los receptores neuronales, afirma el especialista.

Ante el descenso inevitable, la pareja necesita reforzadores como las expresiones de cariño, detalles, contacto físico, así como otras manifestaciones de amor, claves para estimular la producción de dopamina.

Esta capacidad de sensibilización y desensibilización de tu cerebro hace que estés biológicamente adaptado para enamorarte siete veces en la vida, de acuerdo con un estudio del Instituto de Karolinska de Suecia.

El principio es el momento en que estás completamente enamorado de tu pareja, deseas estar más tiempo con él y sientes que no puedes vivir sin él.

Pero después, tu cerebro pasa a una etapa menos emotiva y más reflexiva que te lleva a valorar o desanimarte de tu pareja, a terminar una relación o a continuarla e incluso a reforzarla con detalles de cercanía física y otras expresiones de amor y es cuando la dopamina pierde poder.

Así que la próxima vez que te preguntes por qué nos enamoramos, la respuesta está en la dopamina.