Plantas medicinales, más que una tradición

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Son utilizadas para reducir la severidad de las convulsiones en las personas con epilepsia/ Fuente: Photos.com

Tener propiedades curativas o preventivas para algún padecimiento es una de las características de las plantas medicinales, su conocimiento es milenario y ha trascendido por generaciones gracias a la tradición.

 

Nuestros antepasados obtuvieron el conocimiento de estas especies después de distinguir entre las que servían para comer y aquellas que tenían algún efecto en su organismo y a partir de ello, empezaron a diferenciarlas y seleccionarlas.
 

Actualmente, en México la importancia de las plantas medicinales no solo radica en su riqueza como parte de la cultura, sino también en el conocimiento científico que se genera a partir de su estudio y del análisis que se realiza de cuestiones ecológicas, geográficas, culturales, farmacológicas y químicas.

En la Facultad de Química de la UNAM existe una gran tradición de investigación de estas plantas. El laboratorio a cargo del doctor Andrés Navarrete Castro trabaja con especies como el cuachalalate, la Annona diversifolia y la tila, entre otras.
 

Dentro de los proyectos de investigación que se realizan con plantas medicinales, destaca el estudio de la Annona diversifolia, la cual fue utilizada para reducir la severidad de las convulsiones en las personas con epilepsia.

 

Esta enfermedad crónica se caracteriza por trastornos neurológicos causados por descargas eléctricas sincronizadas de distintos grupos de neuronas las cuales, al liberar diversas sustancias en el cerebro, provocan convulsiones en el enfermo que lo llevan desde a tener alucinaciones y descontrol, hasta la pérdida de conocimiento. Las hojas Annona diversifolia reducen la severidad de las convulsiones.
 

Otra planta que ha sido estudiada por Andrés Navarrete Castro es el cuachalalate, de la cual ha investigado, entre otras cosas, sus propiedades como agente cicatrizante.

 

La corteza del cuachalalate es utilizada por los campesinos en los animales de carga, para lo que llaman matadura de la silla, es decir, el lugar en el que se coloca la silla de montar y en donde se presentan múltiples llagas por los constantes roces. Su uso en las heridas, ayuda a que sanen más rápido.

Con este conocimiento y después de diversos estudios en el laboratorio, el grupo de trabajo del doctor Navarrete realizó un proyecto en el que incluyeron un extracto estandarizado hidroalcohólico de la planta en el gel.

 

Una limitación que encontraron es que después de realizarles cortes a las ratas y observar su cicatrización, concluyeron que no es igual a la de los seres humanos.

 

El investigador comentó que cuando utilizaron esta planta en el laboratorio para la cicatrización no notaron que la herida cicatrizara más rápido, pero sí encontraron que el acomodo del tejido de la piel era más ordenado, es decir, se presentaba una mejor arquitectura de la cicatrización, lo que significa que deja menos huella y provoca menos daño.

Agentes cicatrizantes hay pocos y este gel es menos grasoso e incómodo para el paciente. Se han hecho estudios de toxicidad, mutagenicidad y de alteraciones genéticas y, hasta el momento, no se han encontrado efectos de consideración provocados por el cuachalalate, aunque aún no han pasado al estudio en seres humanos, dijo.

 

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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