Metano liberado por calentamiento global es dañino

El gas encerrado en el suelo congelado de Siberia y en sus lagos ha estado saliendo desde el final de la última glaciación hace 10 mil años. Pero en las últimas décadas, debido al calentamiento de la tierra, el suelo de esta zona ha comenzado a descongelarse mucho más rápidamente que siglos atrás, este fenómeno acelera la liberación de metano a gran velocidad, un gas de efecto invernadero 23 veces más potente que el dióxido de carbono, además de ser altamente volátil.

Científicos rusos realizaron un sencillo experimento en el que perforaron unos centímetros de la superficie con la finalidad de romper las burbujas que contiene el metano, posteriormente encendieron fuego en la boca del orificio; la reacción fue la combustión inmediata de este gas, lo que indica que, de seguir así, este gas se liberará en la atmósfera en poco tiempo.

La incidencia del cambio climático



Algunos científicos creen que el deshielo del permafrost (que es la capa de hielo permanentemente congelado en los niveles superficiales del suelo) podría convertirse en el epicentro del cambio climático, ya que éste se amplifica en las regiones polares. Un modesto aumento de la temperatura es suficiente para inducir a los glaciares de Groenlandia a derretirse, al adelgazamiento del hielo marino del Ártico, y en general al rápido deshielo, tanto en tierra como en el subsuelo marino.

Aseguran que existen 1.5 trillones de toneladas de carbono, encerrado dentro de la tierra cubierto de hielo desde la época de los mamuts. Esta cantidad exorbitante de gas representa una bomba de tiempo a punto de estallar si se liberan a la atmósfera.

El riesgo de una explosión pone en alerta a todo el planeta, las repercuciones de un suceso de esa magnitud acarrearían consecuencias irreversibles en el medio ambiente y por ende en la salud de la humanidad, sin afán de ser alarmista, la presencia de metano en la atmósfera, representa un foco rojo para tomar medidas de prevención.

Efectos sobre la salud

El metano no es tóxico como tal, su principal peligro para la salud son las quemaduras que puede provocar si entra en ignición. Es altamente inflamable y puede formar mezclas explosivas con el aire. El metano reacciona violentamente con oxidantes, halógenos y algunos compuestos halogenados.

El metano es también un asfixiante y puede desplazar al oxígeno en un espacio cerrado. La asfixia puede sobrevenir si la concentración de oxígeno se reduce por debajo de 19.5% por desplazamiento. Las concentraciones a las cuales se forman las barreras explosivas o inflamables son mucho más pequeñas que las concentraciones en las que el riesgo de asfixia es significativo. Si hay estructuras construidas sobre o cerca de vertederos, el metano desprendido puede penetrar en el interior de los edificios y exponer a los ocupantes a niveles significativos de metano. Algunos edificios tienen sistemas por debajo de sus cimientos para capturar este gas y expulsarlo del edificio.