Inteligencia emocional vs violencia

El trastorno de estrés postraumático aparece cuando la persona ha sufrido, o ha sido testigo de una agresión física o de una amenaza para la vida, de lo cual se deriva una respuesta emocional intensa de miedo, horror e indefensión.

La reacción natural al miedo incluye: aceleración del ritmo cardiaco, transpiración, tensión muscular y ansiedad. Sin embargo, los estímulos que generan esa sensación de amenaza no son tan evidentes, se encuentran de manera más constante, permanente, amenazando nuestra estabilidad emocional, pues todo el tiempo estamos en una situación de vulnerabilidad.

Cuando esta sensación afecta nuestra calidad de vida, la manera con la que nos relacionamos, sobre todo, la perspectiva que tenemos del mundo y de nuestro futuro; empezamos a ser presas de la violencia de manera indirecta y debemos actuar para evitar que esto se traslade a los que amamos.

Aunque no podemos atacar directamente la violencia, debemos trabajar en la inteligencia emocional y en el control de emociones, pero sobre todo, en la formación de valores en nosotros y en los nuestros.

La inteligencia emocional es la habilidad esencial de las personas para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos adecuadamente, así como la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás.

Por ello, ante cualquier indicador de estrés postraumático, se debe buscar ayuda profesional. El futuro es incierto, pero de nosotros depende actuar a favor de las futuras generaciones.

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