Frases que limitan la imaginación de tus hijos

Por: Consuelo Hernández

¿Curiosidad infantil? Desde el momento en el que nacen, los niños tienen curiosidad por conocer el mundo, quieren averiguar qué les rodea, por ello, es fundamental respetar su instinto natural de exploración, de indagación, de preguntar e interesarse en todo.

 

Sin embargo, también es indiscutible la necesidad de ponerles límites, que deben definirse en razón de su propia seguridad física, emocional y social.

 

A pesar de que los adultos queremos que los niños aprendan, limitamos su curiosidad con frases como: “cállate”, “deja eso”, “cómo preguntas”, “no tengo tiempo”, “estate quieto”, las cuales, generalmente son producto de un inadecuado manejo emocional de los adultos respecto a sus hijos.

 

Estas expresiones son mensajes que dañan la inteligencia emocional de los niños y las niñas, afectando su autoestima y la seguridad en sí mismos, lo que trae como consecuencia que  los niños, inconscientemente, decidan calmar su sana curiosidad sólo por “darles gusto”  a los adultos que son importantes en su vida.

 

Otro ámbito donde también se “aplasta” o se adormece la curiosidad infantil natural es la escuela, donde los profesores obligan a los alumnos a  “seguir las reglas”, obedeciendo la forma particular de enseñar de cada maestro o sólo memorizando la información que deben dominar para el examen. 

 

Ante esto, ¿qué podemos hacer para no limitar la curiosidad infantil?

En el ámbito escolar, existen proyectos educativos que se centran en identificar el potencial de cada uno de los alumnos; en estas escuelas los docentes los guían para encontrar sus talentos, y los ayudan a alimentar su curiosidad por conocer el mundo para enfrentarse a los retos del futuro.

 

Dichas metodologías convierten el salón de clases en un Espacio de Aprendizaje Total donde los niños pueden despertar su curiosidad, incluso mediante el uso de la tecnología en el aula, con el objetivo de saciar esa gran curiosidad que tienen y aprender mejor.

 

En casa, estos son algunos consejos que los padres de familia pueden seguir para no adormecer la curiosidad natural de sus hijos:

 

Para concluir, lo cierto es que la curiosidad es algo natural en el ser humano, pues se trata del deseo innato que tenemos de darle sentido a todo lo que nos rodea.