Factores de riesgo para desarrollar herpes oral

El herpes oral generalmente aparece en los labios o dentro de la boca, en las encías, la garganta y/o en la cara en forma de llagas o ampollas pequeñas. Estos son los primeros síntomas, sobre todo en menores de entre 1 y 5 años.

Estas aparecen al cabo de 1 o 2 semanas después del contacto con el virus y se presentan como dolor de garganta y fiebre que llegan a durar hasta 5 días antes de que las ampollas aparezcan; también puede haber inflamación de los ganglios en el cuello.

Un breve lapso de tiempo, un contacto fugaz, es todo lo que pide el virus para ser transmitido. Y, desde luego, necesita también que la víctima le favorezca con determinadas circunstancia: tensiones físicas o presiones emocionales, fiebre, cirugía, problemas inmunológicos, menstruación, traumas, relaciones sexuales y cambios hormonales, entre otras.

El herpes puede desencadenarse debido a la menstruación, la exposición al sol, la fiebre o el estrés, entre otras causas. Los signos de advertencia como prurito, ardor, aumento de la sensibilidad o sensación de hormigueo se presentan dos días antes de que aparezcan las ampollas.

Tratamiento y recomendaciones

Al respecto, la doctora Ana Elena Domínguez Espinosa, dermatóloga del IMSS, señala que la complicación más severa del herpes oral puede manifestarse por fiebre, inflamación del cerebro, dolor de cabeza, alteraciones a nivel conciencia, alucinaciones y cambios de personalidad, lo cual se conoce como encefalitis herpética y suele afectar con mayor frecuencia a personas con VIH-sida o cáncer.

El herpes oral se contagia principalmente por la saliva y ocasiona la aparición de lo que se conoce como fuegos, síntomas que con frecuencia se repiten en 50% de las personas que lo han padecido. La reincidencia puede presentarse hasta seis o más veces al año.

El alcance de los antivirales

Por otro lado, existen medicamentos antivirales que funcionan mejor si se toman cuando el virus está justo comenzando a reaparecer, es decir, antes de que surjan algunas ampollas. Lo más aconsejable es lavarlas suavemente con agua y un jabón antiséptico para reducir la diseminación del virus a otras áreas de la piel.

Para prevenir brotes futuros se sugiere la aplicación de un bloqueador solar, un bálsamo para labios que contenga óxido de zinc o un humectante para impedir que los labios se resequen demasiado.

Recuerda que la higiene, el descanso, practicar ejercicio, así como consumir más frutas frescas y vegetales en tu dieta, contribuirán también a fortalecer tu sistema inmunológico y en consecuencia aumentar tus defensas.