¿Es diferente la diabetes que padece el mexicano?

¿Alguna vez te has preguntado por qué los mexicanos somos más susceptibles a la diabetes y por qué en ocasiones nos da de forma más agresiva que a personas de otras partes del mundo? Existen dos factores que intervienen en este padecimiento: el medio ambiente y la herencia.

La diabetes es una enfermedad que existe desde la antigüedad, pero hoy es más común observarla. En el ámbito de la herencia, la evolución es más corta, es decir, sus complicaciones pueden aparecer 4 o 5 años después de que fue diagnosticada, esto a diferencia de los caucásicos quienes demoran hasta 15 años.

  ¿Lo llevamos en el ADN?

En la Facultad de Química de la UNAM, Martha Menjívar Iraheta realiza una Genoteca Indígena que estará integrada por un banco de ADN de los distintos grupos indígenas que existen en nuestro país.

El mexicano mestizo tiene 70% de genes de origen indígena y padecimientos como la diabetes tienen un componente hereditario, por lo que a través de este proyecto se pretende identificar mutaciones o polimorfismos de diversos genes asociados a enfermedades como la diabetes, la cual afecta alrededor de 18 % de la población mexicana, dijo.

Existen 62 grupos indígenas en México integrados por alrededor de 15 millones de personas, por lo que el estudio de la Genoteca Indígena es relevante por la susceptibilidad genética que tenemos los mexicanos hacia la enfermedad, además que permitirá identificar aquellos polimorfismos genéticos asociados a enfermedades como obesidad y diabetes, explicó la investigadora.

Además de realizar la Genoteca Indígena, la especialista evaluarán los genes de los indígenas con el fin de hacer un sistema de detección temprano de diabetes, así como un sistema de detección molecular de diabetes, obesidad, enfermedades mentales y ancestría para mexicanos.

Lo anterior debido a que “las huellas de nuestra historia genética, de los eventos que pasaron y seleccionaron a nuestra población están en nuestro material genético, están circulando en nuestra sangre, en todas nuestras células”, concluyó Martha Menjívar.