Dilemas de Diosas: ¿Disfraces eróticos? Talla extra grande por favor

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Dilemas de Diosas ¿Disfraces eróticos Talla extra grande por favor. Foto iStock
Diana Oliva

POR: Diana Oliva

Estudió periodismo en la FCPyS. Es aficionada a la literatura clásica y su mayor pasión son los perros.

16-09-2020

Antes de deleitar tu imaginación con tan apetitoso tema: disfraces eróticos. Déjame presentarme, soy una Diosa (igual que tú). Trabajo, tengo familia, voy al cine, estoy enamorada, me gusta el sexo y, ¡tengo muchos dilemas existenciales! Los cuales, cada miércoles, compartiré contigo. No sé, quizá junt@s podamos llegar a una solución y si no es así, por lo menos nos liberamos un poco. 

Ahora que me conoces: ¿de qué quieres que me disfrace? Esta fue la pregunta que me llevó a descubrir un mundo en el que las enfermeras usan liguero y las caperucitas rojas minifaldas, pero donde mi cuerpo o era UNITALLA o no había fantasía. 

Mujer con una duda

Foto iStock

Un regalo de cumpleaños

Todo comenzó aproximadamente un mes antes de que mi pareja cumpliera años. No tenía ni idea de que obsequiarle, pero sabía que quería que fuera especial (lo amaba con verdadera locura y no, no me quede con él).  Para no equivocarme, y porque resultaba más fácil en apariencia, le pregunté qué era lo que deseaba de cumpleaños. Sin pensarlo mucho me contestó: “que te disfraces de colegiala”. 

Me sorprendió, ¡ojo! No me espanté, ya no era una chica casta y virginal, pero si estaba a años luz de distancia de ser una dominatriz (que por supuesto me gustaría ser). Lo cierto era que mi experiencia sexual hacia llorar y mi seguridad pos no se quedaba atrás. 

Sin embargo, no le respondí ni un sí ni un no. Lo que hice fue navegar en Internet y buscar lugares que vendieran lencería o disfraces eróticos. Primer obstáculo, las ofertas eran casi nulas y los precios fuera de mi alcance, más de mil pesos.

Golpe de suerte 

Los días transcurrían y yo no encontraba nada. Tampoco me la viví investigando. Pero dicen que lo que está en tu destino, aunque te muevas. Bueno, mientras esperaba a una amiga en la Glorieta de los Insurgentes, en la Ciudad de México, me di cuenta que había un par de tiendas algo peculiares

Con discreción me acerqué a uno de los aparadores. No me atrevía a entrar, lo único que hacía era observar a las personas que preguntaban por alguna prenda. Hasta que la oportunidad llegó. En uno de los establecimientos, dos mujeres abordaron al vendedor (parecía que lo conocían), y en el momento que los tres entraron a la tienda, yo les seguí. ¡La aventura comenzó!

Había de TODO de policía, secretaría, sirvienta… lo que me llevó a preguntarme: ¿por qué eligió de colegiala? No recuerdo si se lo pregunté, lo que sí descubrí es que era el disfraz más solicitado porque había muchísima variedad.

En cuanto el vendedor se dio cuenta de mi presencia, encargó a las chicas a otro compañero y fue directo a mi. 

¿Qué buscas, amiga?

Podría haber dicho, “estoy viendo”.  Pero, aprovechaba el momento o no habría fantasía

Disfraz de colegiala, por favor.

Soy sincera, ¡moría de pena! Sin embargo, estaba emocionada. Me sentí dueña de mi sexualidad. 

Dilemas de Diosas ¿Disfraces eróticos Talla extra grande por favor

Foto iStock

El chavo me mostró toda su oferta, había unos que hasta a mí me parecían muy bonitos y sugestivos. El problema llegó al indagar sobre la talla: UNITALLA, y si había opciones eran CHICO, MEDIANO y GRANDE (las tres muy similares en tamaño). 

Reconozco que el objetivo de los disfraces eróticos es mostrar el cuerpo, pero no significa cercenar ni formar pliegues donde no los hay.  No podía creer que el trasero de una chica que es talla 13 a 16 de pantalón entrará en el mismo de un cinco o nueve. 

En mi desesperación pregunté por la EXTRA GRANDE, a lo que me contestaron: “ese tipo de chicas no compran estas mercancía”.  O sea, ¿para fantasear se necesita medir 90-60-90?

Sí, salí de la tienda con un disfraz de colegiala con resortes para que me quedara. Le di su regalo de cumpleaños a mi pareja, el cual le encantó (quiero pensar, porque resulta difícil creer que la pasión ciegue tanto a los hombres) Y si bien, tiempo después volví a intentar lo de los atuendos eróticos, jamás he comprendido ¿por qué no manejan medidas para personas más voluptuosas?, ¿por qué son tan caros y complicados de encontrar?,

Claro, el mundo no se terminó y yo también disfruté el obsequio, pero que dilema de Diosa viví. ¿Te ha pasado? Si es así y encontraste una solución,  comparte. Igual si tienes una duda o quieres que en la próxima entrega se aborde un aprieto o apuro en especial escribe al correo: diana.oliva@imagendigital.com. Recuerda, todas somos Diosas y las mujeres poderosas se ayudan. 

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