Descubre 4 consejos contra el enojo
Por: Karla T.
Por: Karla T.
Este 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz. La Asamblea General de las Naciones Unidas lo ha declarado como un día dedicado a fortalecer los ideales de la paz, tanto en el seno de todos los pueblos y naciones como entre ellos.
De esta manera, se ofrece a todas los naciones del mundo una fecha común para organizar acontecimientos y emprender actividades que pongan de relieve la importancia de la paz y la democracia en forma útil y realista, y para ello se invita a la comunidad en general a vestir una prenda de color blanco.
Para poder lograrlo, es muy importante alcanzar primero nuestra paz interior, aclarar nuestra mente y liberarla de aquello que nos incomoda, amenaza y lastima, y evitar situaciones de ira o enojo , el cual no es el resultado de una situación o persona externa, sino de nuestra propia mente.
Es en ella donde debemos trabajar porque ahí surgen todas las emociones que nos atormentan o nos agradan, el lugar en donde nacen nuestras reacciones posititvas y negativas, pero también donde podemos darle dirección a nuestros pensamientos y emociones.
Según Alan Murillo, instructor de Casa Tíbet, el enojo, al igual que otras emociones dañinas que nos hacen sufrir, es la consecuencia de los malos hábitos mentales.
La paciencia es uno de los muchos métodos que el budismo propone para trabajar y transformar nuestra mente; es un proceso que nos lleva mucho tiempo, pero la cual nos ayudará a no reaccionar en forma instintiva bajo una situación difícil o perturbadora.
De acuerdo con información publicada en El Mañana, existen cuatro técnicas budistas sencillas de aplicar para transformar nuestras emociones afectivas.
Para llevar a cabo estos pasos es necesario prepararnos antes, para asentar nuestra mente y cuerpo, y estar más claros y tranquilos.
1. Abrazar nuestro enojo:
El maestro budista vietnamita, Thich Nhat Hanh, propone que lo primero que debemos hacer al enojarnos es reconocerlo; saber que estamos enfadados, molestos o irritados.
Abrazar nuestro enojo o frustración es el primer paso para transformarlo. Para lograrlo, toma el tiempo que necesites; hazlo mientras estés sentado o sal a caminar por unos minutos, prestándole toda tu atención.
2. Desactivar nuestros disparadores:
El segundo paso es darnos cuenta de que, si miramos nuestra mente con mayor atención, en muchas ocasiones lo que lo dispara son nuestras propias tendencias o hábitos, nuestras fibras sensibles. De esta manera, lo que por lo general atribuimos como la causa principal de nuestro enojo, puede verse más profundamente como algo secundario, un factor que no es esencial, si bien contribuye al mismo.
Con tu mente calma, recuerda algún evento de enojo. Mira en retrospectiva la situación y pregúntate: si no existiera en mí la tendencia de enojarme, ¿cómo podría hacerlo?
Lo primero que debes hacer es pensar en cómo desactivar esas fibras sensibles en ti.
3. La mente es la fuente de la felicidad y del dolor:
Recuerda una situación perturbadora en tu vida. Observa, sin juzgar, lo que estabas pensando y sintiendo.
4. Transformando la crítica:
Examina si es verdadero o falso lo que otra persona dice de ti. Lo importante es el contenido, no la forma en la que lo dice.
Y tú, ¿te enojas con facilidad?