Culto al trabajo para crecer profesionalmente

Por: J. Manuel Reyes

En la mañana, se te hace tarde para llegar al lugar donde realizas tus actividades laborales, los ojos te brillan cada vez que hablas de tus proyectos y buscas por todos lados cursos de capacitación para crecer profesionalmente y aprender más de lo que te apasiona.

 

Incluso, con tal de crecer profesionalmente, hay veces en que tu trabajo se convierte en una prioridad en tu vida, al grado de anteponerlo por encima de un compromiso con alguien.

 

Si te identificas con este escenario, es posible que también hayas recibido múltiples críticas y hasta la recomendación de cuidar la forma en que te relacionas con tu actividad, temen que seas una adicta al trabajo, aunque la verdad es que en tu ambiente eres como un pez en el agua y pocas cosas te hacen tan feliz como tu trabajo.

 

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Hijo de tigre…

 

Ese placer por entregarte plenamente a tu trabajo, se conoce como culto al trabajo y a diferencia de la adicción al trabajo. El primero se asume con una actitud y asociación objetiva, tal como lo explica Luis Arciniega, investigador de sicología laboral del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

 

"Una persona que tiene culto por su trabajo la ubica en el primer o segundo lugar de prioridades en su vida, pero esto no significa que deje de tener otras actividades o que descuide a sus seres queridos, sino que busca el equilibrio y la mayoría de la veces llega a pedir apoyo para que pueda combinar todo.”

 

“También tiene la capacidad de mover sus prioridades, es decir, ama a su trabajo, pero si su madre o hijo enferma, no tiene inconveniente en abandonarlo para atender a sus familiares”, dice el experto.

 

El amor por el trabajo no es producto de la casualidad, tiene una estrecha relación con el hecho de que hayas elegido bien tu área de desarrollo, por ejemplo, alguien que estudió medicina con la convicción de que realmente era su pasión, amará lo que hace, disfrutará hacerlo y dedicará todo el tiempo que le sea posible a practicarlo.

 

“Pero también es algo que se aprende, generalmente quienes tienen esa devoción por su trabajo, es porque crecieron en un entorno donde éste se veía como un verdadero bien y se le tenía respeto”, lo cual ayuda a crecer profesionalmente, afirma Luis Arciniega.

 

“El compromiso es una decisión, no un acto obligado”. bojorge@teleton.org.mx