Cuida y protege tu hígado de la hepatitis
Por: Deya Cano
Por: Deya Cano
Poco se habla de la importancia del hígado y pese a que es un órgano que ocupa un espacio muy pequeño en nuestro cuerpo, es de vital importancia. Al consumir elementos tóxicos, lo dañamos a tal grado que nos puede provocar la muerte.
Esto puede ocasionar severos problemas como la hepatitis, que es la inflamación del hígado y que de no tratarse a tiempo puede provocar la destrucción de las células hepáticas. Por ello, aquí te decimos las causas y tratamiento para revertir esta enfermedad.
Los detonantes para que se genere esta enfermedad pueden ser de origen infeccioso (viral o bacteriana); inmunológica, provocada por anticuerpos o tóxica que se desencadena por consumir alcohol, veneno o medicinas y la hepatitis que es provocada por una infección de trasmisión sexual.
La enfermedad hepática también puede ser causada por trastornos hereditarios, como la fibrosis quística y la enfermedad de Wilson, una afección que consiste en tener demasiado cobre en el cuerpo (el exceso de éste se deposita en el hígado).
Existen varios tipos de Hepatitis; los más frecuentes son los tipo A, B y C. ¡Conócelos!
1.- Hepatitis A: Se trasmite por falta de higiene en el hogar o por consumir alimentos contaminados o que no se lavaron adecuadamente como las verduras y frutas.
2.- Hepatitis B: Es uno de los tipos más grave. Se ocasiona por un virus que se transmite por la sangre o por vía sexual desde un enfermo con hepatitis activa o de un portador sano del virus de la hepatitis B.
Es este caso, puede causar una infección aguda o crónica y así persistir en la sangre, causando cirrosis del hígado, cáncer, insuficiencia renal o incluso la muerte.
3.- Hepatitis C: Se trasmite a través del contacto con la sangre de una persona infectada (en etapa de actividad o portación del virus) y también es causa de hepatitis crónica, cirrosis, cáncer de hígado, insuficiencia hepática y muerte.
La gravedad de la hepatitis depende de muchos factores, incluyendo la causa del daño hepático. Los riesgos más comúnes para que se desencadenen esta enfermedad son:
1.- Usar drogas intravenosas.
2.- Abuso de paracetamol. El abuso de antinflamatorios puedo dañar el hígado.
3.- Tener varias parejas sexuales y relaciones sin protección.
4.- Consumir alimentos contaminados.
5.- Vivir en asilos de ancianos o centros de rehabilitación.
6.- Tomar alcohol en exceso.
7.- Ser receptor de un trasplante de órgano.
8.- Haber recibido un transfusión de sangre antes de 1990, debido a que en esa época el examen de hepatitis C no era obligatorio.
9.- Ser recién nacido de una madre con hepatitis B o C, debido a que puede trasmitirse durante el parto.
10.- Ser trabajador de salud (odontólogo, cirujano) por el contacto con la sangre.
11.- Hacerse un tatuaje.
Los tratamientos para revertir o controlar la enfermedad, dependen del padecimiento y del progreso de éste. Empero, existen diversas alternativas que te pueden ayudar para prevenir esta enfermedad.
1.- Vacunarte contra la Hepatitis A y C.
2.- Inyección de inmunoglobulina; esta puede prevenir una infección, incluso sirve después de haber estado expuesto a un factor de riesgo.
3.- Lavarte las manos antes y después de ir al baño.
4.- Evita compartir platos, utensilios o baños con alguien que tiene Hepatitis A.
5.- No compartas rastrillos, agujas o cepillos de dientes con nadie.