Cómo reaccionan los menores ante el duelo

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La muerte se entiende de acuerdo a la edad
La muerte se entiende de acuerdo a la edad
Pilar Maguey

POR: Pilar Maguey

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05-12-2010

El comportamiento infantil ante el duelo suele ser malinterpretado y muchos adultos creen que una reacción no triste del niño o la niña, se debe a que no entienden lo ocurrido o porque el dolor ya ha sido superado. Lo que sucede es que su mente los protege de experiencias que son demasiado fuertes para su corta edad.

 

Existen diferencias en la forma de manifestar el duelo entre niños y adultos. Los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, señalan que los niños no reaccionan a la pérdida de la misma manera que los adultos y pueden no mostrar sus sentimientos por completo adoptando reacciones específicas.

 

Algunos pequeños, en lugar de volverse retraídos y tener pensamientos obsesivos acerca de la persona fallecida, se vuelven activos, por ejemplo, pueden estar muy tristes un minuto y continuar jugando inmediatamente después.



Los psicólogos indican que los episodios del duelo infantil tienden a ser más cortos debido a que los pequeños no pueden explorar racionalmente todos sus pensamientos y sentimientos como lo hace un adulto. Además, tienen dificultad en expresar verbalmente su aflicción, por lo que su comportamiento dice más que sus palabras. Los sentimientos de rabia, el miedo a morir o el temor a ser abandonados pueden ser evidentes en su comportamiento. El proceso de duelo quizás necesite ser analizado varias veces durante el desarrollo de la vida de un niño.



El duelo y las etapas del desarrollo infantil

La muerte y los eventos que la rodean se interpretan de diferentes formas dependiendo de la etapa de desarrollo infantil:

 

  • Infantes (del nacimiento hasta los 12-14 meses): aunque no reconocen lo que es la muerte, los bebés que han sido separados de sus madres pueden ser apáticos, callados y no responder a sonrisas o arrullos. También se pueden observar cambios físicos como pérdida de peso, desvelo y falta de actividad.
  • De 2 a 3 años de edad: suelen confundir la muerte con el dormir y pueden sentir ansiedad a una edad muy temprana; con la posibilidad de perder el habla por un periodo de tiempo y mostrar angustia generalizada.
  • De 3 a 6 años de edad: también suelen ver a la muerte como una forma de dormir; la persona está viva pero limitada en alguna forma. Estos niños no separan completamente la muerte de la vida; piensan que la muerte es física pero creen que es temporal, reversible y no definitiva. Su concepto de la muerte puede tener un componente mágico. Por ejemplo, suelen creer que un mal pensamiento suyo causó la enfermedad o la muerte de esa persona. Los niños menores de 5 años pueden exhibir trastornos al comer, dormir y en el control de las funciones corporales.
  • De 6 a 9 años de edad: es probable que empiecen a mostrar curiosidad acerca de la muerte, inclusive haciendo preguntas concretas sobre lo que le pasa al cuerpo cuando uno muere. Ven la muerte como si fuera una persona o un espíritu separado del individuo que falleció, por ejemplo, un esqueleto, un fantasma, un ángel de la muerte o sencillamente el coco. Los niños pueden ver la muerte como algo definitivo y que amedrenta, pero que le pasa más a la gente vieja (no a ellos). Pueden presentar fobia a la escuela, problemas de aprendizaje, comportamiento agresivo o antisocial, volverse extremadamente preocupados sobre su propia salud (por ejemplo, mostrando síntomas de enfermedades imaginarias) y aislarse de los demás. También se pueden convertir en niños sumamente apegados y dependientes de otros. Los varones manifiestan una conducta más agresiva y destructiva que las niñas, en vez de mostrarse tristes. Cuando el padre o la madre fallecen, los niños pueden sentirse abandonados por ambos padres, tanto el que murió como el que está vivo, ya que el progenitor que está vivo está inmerso en su propia tristeza y no es capaz de brindarle el apoyo emocional que necesita.
  • De 9 años de edad en adelante: a partir de los 9 años, el niño ve la muerte como algo inevitable y no como un castigo. A los 12 años, entiende que la muerte es irreversible y que le pasa a todo el mundo.

     

Los padres o tutores deben estar al pendiente de los menores para detectar cualquier trastorno asociado con el duelo y acompañarlos en el proceso par entender dicho comportamiento.

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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