Cómo enseñar a los niños que nadie puede (ni debe) tocar su cuerpo sin consentimiento

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Niña con mano estirada diciendo alto/no
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Niña con mano estirada diciendo alto/no

Enseñar a nuestros hijos sobre el consentimiento y la importancia de cuidar su cuerpo, es algo que debe comenzar desde pequeños. Te compartimos algunos consejos sobre cómo enseñar a los niños que nadie puede (ni debe) tocar su cuerpo sin consentimiento.

 

Abuso es una palabra que nadie quiere pronunciar, en especial cuando hablamos de nuestros pequeños. Lamentablemente, es imposible estar con ellos a cada instante o meterlos en una burbuja que los aleje del mal que existe.

 

Si bien nunca será responsabilidad de la víctima evitar que le hagan daño, hablar con los niños sobre su cuerpo, sin tabúes, así como el respeto a este y el consentimiento, puede ayudarlo a ver señales de alerta en otros niños o adultos, incluyendo a sus familiares.

 

¿Qué es la autonomía corporal?

La autonomía corporal es el derecho de una persona a gobernar lo que le sucede a su cuerpo sin influencia o coerción externa, algo que los niños deben aprender y comprender para reducir el riesgo de abuso o agresión sexual en cualquier etapa, explican especialistas del Hospital de San Diego.

 

Asimismo, en caso de que algo llegara a ocurrir, será más sencillo que nuestro hijo lo diga. Pero ojo, esta autonomía también implica no obligar a los niños a abrazar, besar o dejarse “apapachar” por otros, por muy cercanos que sean, si no se siente cómodo.

 

Finalmente, implica romper los tabúes sobre el cuerpo humano y hablar sobre todas las partes del cuerpo por su nombre, enseñándoles quién puede mirar y tocar su cuerpo y, en qué circunstancias está permitido.

 

¿Cómo enseñar a los niños que nadie puede tocar su cuerpo sin consentimiento? 

A la mayoría, no nos enseñaron a poner límites en nuestro cuerpo, solo nos dijeron que “las ‘partes privadas’ no se tocan, excepto por mamá y papá”. Hoy se refuerza, que incluso estas figuras deben pedir permiso o explicarle al niño por qué lo tocarán, y respetar los límites que él ponga. Para lograrlo, los especialistas recomiendan:

 

1. Desde pequeño enséñale a tu hijo las partes del cuerpo por su nombre, incluyendo los genitales (vulva, pene, ano). Debemos entender que se trata de una parte más, no algo malo ni prohibido, pues cumplen una función, aunque no entres en detalles.

Esto ayudará a verbalizar el daño en caso de abuso, y no pensar que hizo algo malo o de lo cual deba avergonzarse.

Recordemos que los niños pueden expresar si algo anda mal a cualquier figura de aurotidad y si esta no conoce el nombre “clave” para sus genitales, podría no actuar frente a una situación delicada.

2. Enséñale a decir NO, incluso a los más cercanos y que esto no está mal. Si algo le incomoda, debe sentirse capaz de detenerlo, aunque sea un “simple” abrazo de saludo.

Los besos y apapachos no son la única forma de ser educados. Decir hola, buenos días, agitar la mano o “dar los 5”, también es una forma de respeto y afecto.

3. Explícales que el respeto es de dos vías y ellos también deben pedir permiso a otros antes de tocar su cuerpo, pues no todos disfrutan el contacto físico.

4. Habla sobre los secretos. Si bien hay secretos “inocentes”, como no contarle a su hermano qué le regalarán de cumpleaños, los niños no saben diferenciar. Es mejor no pedirles guardar secretos hasta que tengan la capacidad de discernir entre uno y otros.

Desde pequeños deben tener claro que hay secretos que no están bien, en especial si les causan dolor a ellos u otros, o si tienen que ver con sus genitales. Asimismo, no deben guardar secretos, aunque se los pida alguien cercano o a quien amen, ni siquiera un amiguito.

De igual modo, aprende a escuchar a tu hijo y no menospreciar lo que te cuenta. Siempre investiga antes de desestimarlo.

5. Deslíndalo de culpas. Tu hijo debe tener claro que cualquier cosa que le pase a su cuerpo no es su culpa ni hará que lo castiguen, sin importar que alguien lo amenace con eso. Los niños deben saber que ante cualquier situación sus padres los protegerán.

6. Empodera a tu hijo para que acuda con alguien de confianza si algo les pasa. Los especialistas recomiendan identificar a al menos 3 adultos fuera del círculo familiar: maestros, psicólogo, médico, entrenador, así tendrá la confianza de hablar.

Explícale que si un adulto no le cree, debe acudir a otro hasta que reciba una respuesta adecuada.

 

¿Cómo aprender a diferenciar contacto bueno del malo?

Además de enseñar a tus hijos sobre autonomía corporal y que él o ella es dueño de su cuerpo y nadie debe forzarlos a ningún tipo de contacto, es importante que identifiquen qué caricias o “tocamientos” son buenos o malos.

 

El sitio Michigan Health de la Universidad de Michigan, explica que es importante contarle a los niños sobre los diferentes tipos de toques. Es decir, aquellos seguros, como palmaditas o abrazos, siempre y cuando ellos los acepten, y los inseguros o malos.

 

En este grupo se incluyen todos aquellos que lastiman su cuerpo o sentimientos, desde pellizcos y golpes, hasta tocamientos o palabras hirientes, y que es bueno decir no ante ellos o contarle a un adulto de confianza.

 

Toda aquella caricia o contacto que sea consentida y lo haga sentir bien, es buena; si lo hace sentir mal, le duele, le da miedo, es contra de su voluntad o provoca un sentimiento negativo, es mala.

 

Hablar sobre la autonomía corporal y enseñar a los niños que nadie puede ni debe tocar su cuerpo sin consentimiento, puede resultar difícil en un inicio, pero será de gran ayuda para el resto de su vida.

 

No importa si otros no lo entienden o te tachan de exagerada, la seguridad y bienestar de tu hijo siempre será más importante.

 

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