¿Cómo afrontar la caída del primer diente?

Por: Consuelo Hernández

La caída del primer diente supone, en la mayoría de las ocasiones, un motivo de alegría para los pequeños, ya que la asocian con el primer paso para convertirse en “niños grandes”.

 

Inclusive, como papás, celebramos el comienzo de esa etapa de su vida y la aparición del ratón que deja dinero debajo de la almohada a cambio del diente. Sin embargo, también hay quienes se sienten angustiados, ya sea porque les preocupa su apariencia y las posibles burlas que recibirán por estar "chimuelos".

 

Para tranquilizarlos y ayudarlos a vivir este proceso de forma positiva, es recomendable que los papás expliquen, previo al inicio de la caída de sus piezas dentales, que se trata de algo natural, que a todos nos pasa y que no tienen que vivirlo como una tragedia.

 

“Se debe explica que al con el tiempo saldrán dientes nuevos que, si se cuidan adecuadamente, le durarán toda la vida”, afirma Luis Gerardo Alva, miembro del Programa Nacional de Salud Bucal del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, Cenaprece.

 

La primera caída

 

El periodo de transición entre la caída de los dientes temporales (o de leche), y la salida de los permanentes es, en promedio, entre los 5 y los 6 años de edad. Los niños simplemente se dan cuenta de que tienen un diente flojo, lo que significa que ha comenzado la muda de dientes.

 

“El menor debe de saber que la caída de los dientes de leche será un proceso largo que durará, más o menos, hasta que cumpla los 12 años de edad, y que los nuevos dientes (los permanentes), los sustituirán poco a poco”, comenta el especialista.

 

Cuando el niño se percata de que se le ha aflojado un diente, reacciona asustado y en algunos casos hasta se niega a comer ciertos alimentos porque piensa que lo pueden lastimar. Por ello, los padres deben aclararle es normal la caída del diente, que no le pasará nada grave y que hay un diente empujando al que se aflojó para ocupar su lugar.

 

¡Es básica la higiene!

 

En este periodo de transición de los dientes de leche a los permanentes es muy importante reforzar los buenos hábitos de salud bucal, como:

 

 

De esta manera se prevendrán diferentes enfermedades bucales como la caries, gingivitis, entre otras. Así que sé claro con tu hijo y disfruten juntos de esta nueva etapa.