Beso de Singapour, ¡placer garantizado!

Por: Alejandra Reyes Calderón

Para mejorar nuestra vida sexual no hace falta que seamos contorsionistas o nos disfracemos de cosas extrañas: basta con hacer el beso de Singapour.

 

Esta práctica sexual, también conocida como “pompoir” o “kabazza”, consiste en estimular el pene de tu pareja con tu vagina, emulando los movimientos propios del sexo oral y esa sensación de succionar con tu boca su miembro.

 

De hecho, “pompoir” en español se traduce como “chupadora” y es el efecto que se produce sobre el miembro de tu pareja, similar a cuando le practicas sexo oral.

  ¿Qué tan complicado es?

 

Aunque suena muy difícil de llevar a cabo, todo recae en qué tan hábil eres con el músculo pubocoxígeno; que se encarga de estimular el pene para lograr el tan anhelado beso de Singapour (de ahí la importancia de que practiques los famosos ejercicios de Kegel). 

 

¿Cómo se hace?

 

1.  Tu pareja debe permanecer acostada y pasiva para que puedas llevar a cabo esta práctica sexual.

 

2.  El pene se introduce en la vagina, mientras que tu cadera permanece inmóvil.

 

3. Una vez que controlas el movimiento de tu cuerpo y el suyo, manipula el músculo pubocoxígeno con los ejercicios de Kegel, para que pueda contraerse y así, propiciar un delicioso orgasmo a través de esa sensación parecida a la que sentiría si le estuvieras practicando sexo oral, sólo que con tu vagina y no la boca.

 

La historia del beso de Singapour

 

Se cree que esta práctica sexual nació hace más de tres mil años en India, para después extenderse a Japón y Tailandia.  ¿Qué esperas para probar este camino que los hará explotar de placer?

 

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