Así son los manipuladores emocionales

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Mario Guerra. Colaborador

POR: Mario Guerra. Colaborador

Psicoterapeuta en Terapia Breve diplomado por el Mental Research Institute, en Palo Alto, California

31-12-2015

De pronto nos damos cuenta que alguien en nuestra vida está sacando ventaja de nosotros, y nos empuja a hacer o aguantar situaciones que no nos gustan.  

 

Esta puede ser una experiencia dolorosa y a veces devastadora si no salimos de ella a tiempo, pero, ¿cómo identificar a un manipulador emocional?

 

Titiritero o manipulador emocional...

 

 

  1. Son seres que no sienten empatía ni respeto por la dignidad de las personas con las que se relacionan.
  2. Te hacen sentir como si fueras un títere o un juguete del que disponen cuando necesitan, tienen ganas o porque de pronto, al verlo, se les antojó jugar con él.
  3. También invalidan tus necesidades y deseos para anteponer los suyos. Saben qué “botones” apretar y qué “hilos” jalar para llevarte a satisfacerlos, aún a costa tuya.

 

¿Como reconocer a uno?

 

Hay tres tipos de personalidad que suelen generar relaciones tóxicas y de manipulación.

 

1. El autocentrado/narcicista

 

Es seductor. Necesita una audiencia que lo esté adorando, por lo que necesitan ser subyugantes con sus palabras y acciones.

 

A veces adoptan la forma de un mártir de un sistema que los persigue por su grandeza y bondad.

 

Te hacen creer en ellos, seguirlos y a actuar en su nombre y defensa, como si tuvieran actitudes mesiánicas.

 

Tiendes a justificarlos en sus faltas por su magnificencia y grandeza; después de todo, ¿quién eres tú para cuestionar sus motivos?

 

¿Cómo manipulan?

 

Te venden su grandiosidad envuelta de una falsa humildad, pero de gran sabiduría y generosidad. Te llevan a creer en él. No te dejan pensar. Manipulan los hechos y distorsionan tu percepción a gran velocidad.  Son demandantes para obtener un “Sí” de tu parte.

 

Si buscas salir de su influencia te acusarán de traidor y desleal.  Serás uno más, un mortal y perderás tu condición de “elegido”.  Buscará hacer saber a otros tu falta para que te exilien del sistema.

 

2. El depredador/parásito

 

No necesita una audiencia que lo adore, sino de víctimas a las que parasitar. El narcisista busca una audiencia servil, el depredador un huésped humano que haga cosas por él.

 

Se vincula con las personas para usar sus contactos sociales y laborales a través de ellos y obtener beneficios.

 

Pueden embarcarte en un negocio y luego dejarte con las deudas. Si reclamas se ofenden y te reprochan ser tan “materialista” o mala pareja/amigo/pariente por no darle “lo necesario” para la vida.

 

¿Cómo manipulan?

 

Se presentan urgidos/necesitados ante ti y tú eres la persona que les puede ayudar.

 

Te cuentan su historia de carencias y te presentan un problema que te conmueva, para que seas tú el que voluntariamente les ayude (por el vínculo emocional que te genera previamente).

 

Una característica fundamental es que no les importará tomar algo a sabiendas que eso te causa una carencia.  Una vez que dejas satisfecha su necesidad se desaparecen, cuando antes estaban presentes como una plaga...  suelen volver cuando necesitan más.

 

3. El emocionalmente inestable/dramático

 

 

Es impredecible; nunca sabes de qué humor va a estar este día. Son intolerantes, explosivos por las cosas más simples, y a los 10 minutos, ya que te ven con una hemiplejia por el coraje, están como si nada.

 

Tienes que estar siempre atento a lo que necesitan para no despertar su ira. La relación con ellos es como una montaña rusa emocional. 

 

No están interesados en la lógica, la razón, la verdad o en tus argumentos...  sólo quieren desesperadamente atención inmediata para no sentirse “malqueridos”.

 

¿Cómo manipulan?

 

Se hacen impredecibles, por lo que no sabes como responder. Te hacen responsables por sus cambios de humor negativos.

 

Te exigen volver a la normalidad a su velocidad o a ti te acusan de ser inestable si no lo haces.

 

Hacen escenas en público para avergonzarte y que cedas o aprendas. Si quieres dejar la relación harán un gran drama, pueden suplicar, lo que sea para que no les dejes.

 

Otra forma de identificar a estos titiriteros es observando cómo te sientes en una relación con ellos.  Si te sientes, usado, manipulado, ignorado, fatigado... muy probablemente estés con uno.

 

Una persona sana no antepone sus necesidades anulando las de los otros.  No pone a la gente en riesgo para obtener lo que desea.  No expone ni exhibe a las personas que ama; pero, sobre todas las cosas, busca identificar sus conductas disfuncionales y y de obtener ayuda para no dañarse a sí mismo y a otros con ellas.

 

Eres corresponsable si te mantienes en una relación así a sabiendas que no hay nada que tú puedas hacer para “curar” a estos enfermos emocionales.   Pero si aún así persistes, muy probablemente tienes problemas con tu autoestima que te impide pensar en la posibilidad de que eres capaz de aspirar a algo mejor, a una vida más libre y plena.   

 

A veces no es una pareja, a veces ha sido tu padre, tu madre o un hermano el titiritero de tu vida.  No tienes que querer menos o dejar de querer para liberarte, tienes que quererte más, fortalecer tu autoestima para poder cortar esos hilos.  

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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