Así sabrás cuándo es necesario decir adiós…

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Mario Guerra. Colaborador

POR: Mario Guerra. Colaborador

Psicoterapeuta en Terapia Breve diplomado por el Mental Research Institute, en Palo Alto, California

11-12-2015

Tanto en la vida personal, como en la vida profesional, hay momentos en donde la vida nos confronta con la realidad y nos dicta que ha llegado el momento de ponernos de pie y “terminar” algo que ya no debe seguir más.   

 

Lo anterior, ya sea porque el tiempo ha transcurrido, su momento ha pasado o, lo que es peor aún, continuar así o ahí resulta destructivo en muchas maneras para nosotros.

  Un final necesario sería…

 

  1. Dar las gracias a un empleado que debería ya ser despedido.
  2. Terminar una relación de “free”, de sólo novios o de las “indeterminadas” que no están yendo para ninguna parte o para donde tú esperas.
  3. Dejar un negocio que sólo te ha dado pérdidas y dolores de cabeza.
  4. Dejar algunas amistades de mucho tiempo que no te aportan nada o algunas actividades que están ya descontextualizadas con tu momento actual.
  5. Dejar ir un sueño que por alguna razón ya no se va a materializar y moverte hacia nuevos sueños o ideales más de tu tiempo presente.
  6. Dejar un trabajo que no es lo que quieres o incluso se ha vuelto tóxico en tu vida.
  7. Terminar una relación con infidelidades repetidas que no está cambiando.
  8. Un resentimiento del pasado que ya ni buscas sanar y sólo vive ahí porque sí

  Esto te impide dejarlo

 

Gracias a la psicología evolucionista y del desarrollo, la comprensión de los procesos de trauma y el mapeo cognitivo podemos entender algunas de las causas que nos impiden decidir por un final necesario.

  1. Estilo de apego ansioso o inseguro

 

Son personas que no tienen la capacidad de para tolerar soltar objetos, situaciones o relaciones.

 

No desarrollaron adecuadamente lo que en sicología se llama un “apego seguro” como relaciones de confianza y duraderas; tendencia a tener una buena autoestima; poder compartir confortablemente sentimientos con amigos y parejas.

  2. Historial de pérdidas traumáticas

 

Para estas personas un cierre o final representa otra pérdida que se suma a la o las anteriores.

 

En vez de enfrentar una nueva pérdida, buscan rehuirla o frenéticamente tratan de “arreglar” lo que sea necesario con tal de no volver a vivirlo.

 

Pueden incluso dejarse lastimar con tal de no perder o pagar costos muy altos como por ejemplo permanecer en una relación violenta o codependiente.

  3. Aprendizajes y mapas internos

 

Personas que han aprendido equivalencias distorsionadas de las relaciones y han desarrollado la creencia que acabar con algo, especialmente una relación, es cruel o que va a causar daño y sufrimiento a otro.

 

Por ejemplo: son incapaces de despedir a un empleado incompetente o abusivo porque seguro el pobre no va a encontrar otro trabajo; o no terminan una relación porque le “deben” todos esos años de felicidad a la persona con la que ya no conviven como pareja desde hace largo tiempo.

 

No obstante, el común denominador de los tres casos anteriores es el miedo, que domina  acciones impidiendo realizar un cierre o final necesario.

  ¿Qué puedes hacer?

 

Revisa tus creencias... responde con un sí o un no a estas 4 preguntas

 

  1. ¿Percibes los finales como algo natural de la vida?
  2. ¿Concuerdas con que todas las cosas en la vida tienen ciclos y tiempos para estar?
  3. ¿Crees que si algo se termina es porque “algo anda mal”?
  4. ¿Cuándo algo se termina sueles preguntarte intensamente “por qué” con un sentimiento de injusticia y resentimiento?

 

Lo ideal es que hayas respondido “si” a los dos primeros cuestionamientos, pero si lo hiciste ante los dos segundos lo mejor será que busques ayuda antes que las pérdidas inevitables de la vida te conduzcan a estados de profunda tristeza, resentimiento e incluso depresión.

 

Revisa tus miedos. Cuando ves la necesidad o inminencia de soltar algo o de llegar a un final necesario:

 

  1. ¿Qué miedos surgen en tu mente?
  2. ¿Qué te impiden u obligan a hacer?
  3. ¿Son reales y objetivos tus temores?   De ser así, ¿Cómo crees que podrías transformarlos o canalizarlos de manera diferente?

 

Para este tercer cuestionamiento si la respuesta es “no se” tras algunos días de análisis y reflexión también es hora de buscar ayuda, pues es claro que careces por ahora de las habilidades necesarias para el manejo de tus miedos.

  Reconoce un final necesario

 

Cuando hay relaciones o situaciones que detienen el “fluir de tu vida”

 

Normalmente una actividad o una relación deberían hacernos sentir que el tiempo pasa sin sentir y a veces cuando cobramos conciencia nos sorprendemos, pues ni lo hemos sentido.

 

Cuando sabes que te causa más angustias que alegrías o al final no te sientes nunca satisfecho o en paz. No hay al final recompensa emocional

 

Recuerda, al final si te resistes a dejar ir algo porque sientes que, “ahora sí” ya viene “su momento”, no te engañes; si no ha llegado en todo este tiempo y pasan seis meses más y no se ha movido un milímetro, muy probablemente no llegará.


La vida, el crecimiento personal y el éxito demandan finales necesarios.  Alguna vez dejamos el vientre materno para nacer, la seguridad de la casa para ir a la escuela, el confort de la escuela para empezar a trabajar y nuestra familia de origen para formar una propia.  ¿Cuál es la novedad en enfrentar los “finales necesarios”?      

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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