¿Amaneces empapada? Esto es lo que puede haber detrás...

Por: Marisela Valencia

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Medicamentos. Así es, si el inicio de un tratamiento médico y tus sudores nocturnos fueron casi a la par, es muy probable que haya una relación. Entre los que podrían causarlo, están los antidepresivos, medicamentos de bloqueo hormonal e hipoglucemiantes. Cortesía: iStock

Estos últimos porque podrían provocar que tu nivel de azúcar disminuya demasiado. De hecho, la hipoglucemia es otra causa de sudor nocturno, pues provoca la liberación de epinefrina, que te hace sudar. Por eso es importante tomar las dosis correctas de tu medicamento. Cortesía: iStock

Menopausia. Es quizá una de las causas más conocidas del sudor nocturno, que se acompaña de bochornos o sofocos. Se trata de un proceso natural que toda mujer vivirá, sin embargo, si son muy insoportables, platica con tu médico sobre la posibilidad de un tratamiento hormonal o similar. Cortesía: iStock

Síndrome Premenstrual. Otro juego de las hormonas es el famoso SPM, en el cual los especialistas han encontrado es común sufrir sudores nocturnos, principalmente porque el aumento de la progesterona después de la ovulación, incrementa la temperatura corporal. Cortesía: iStock

Problemas de tiroides. El aumento de sudoración puede ser una señal de alerta del hipertiroidismo, al igual que una mayor la sensibilidad al calor y pérdida de peso involuntaria. Así que, si los síntomas coinciden contigo, consulta a tu médico. Cortesía: iStock

Trastornos de ansiedad. De acuerdo a Mayo Clinic, son parte de los causantes del sudor nocturno. En ese sentido, la Sociedad Internacional de Hiperhidrosis aclara que el sudor de estrés tiene lugar en las glándulas apocrinas, principalmente en axilas e ingles, el cual no se evapora tan rápido como el de otras zonas de la piel. Cortesía: iStock

Apnea Obstructiva del Sueño. Si a tus sudores nocturnos les sumas ronquidos fuertes, interrupción de la respiración o despertarte jadeando a mitad de la noche, probablemente sufras de este trastorno del sueño, que se relaciona con un exceso de relajación de los músculos de tu garganta. Cortesía: iStock

Cafeína. Increíble pero cierto, si estás en la menopausia, bájale a tu consumo de la cafeína, pues, según un estudio, se asocia a un aumento de los síntomas vasomotores de ésta, como sofocos y sudoración nocturna… Aunque no está de más también aplicarlo en tu periodo. Cortesía: iStock

Reflujo gastroesofágico. No es una regla, pero sí ha habido una presencia de sudores nocturnos en pacientes diagnosticados con esta enfermedad. De hecho, se ha encontrado que, al controlarla, se alivia la transpiración nocturna. Cortesía: iStock

Así que si además de amanecer empapada, sientes que te arde el estómago o el pecho, o incluso te duele, sufres de tos crónica o no duermes como deberías, no dejes de visitar a tu médico. Cortesía: iStock

Síndrome de fatiga crónica. Según especialistas, el sudor nocturno podría ser uno de los síntomas de esta enfermedad en su etapa temprana. Si además han sentido un deterioro en tu memoria a corto plazo, dolor inexplicable en los músculos, sueño no reparador y fatiga que dura más de 24 horas, no lo dejes pasar. Cortesía: iStock

Abstinencia de ciertas sustancias. Si pasas por un periodo de desintoxicación de alguna sustancia como alcohol o incluso drogas, es común sufrir de sudores nocturnos. Cortesía: iStock

Neuropatía autonómica. Esta enfermedad daña los nervios que controlan funciones corporales involuntarias, como la temperatura corporal, de ahí que un exceso en la sudoración, podría ser un síntoma. Aunque en especial si no es exclusivo de la noche. Cortesía: iStock

Tuberculosis. Las infecciones pueden provocarlos, entre éstas la tuberculosis. Entre sus síntomas están la fiebre, que deriva en sudor nocturno y escalofríos. Si además presentas fatiga y tos que dura más de 3 semanas o tiene sangre, acude con tu médico. Cortesía: iStock

Endocarditis. Otra infección que puede dar lugar a sudoraciones nocturnas, es la que ocurre en el endocardio, que recubre las válvulas y cavidades cardiacas. Al ser un tema cardíaco, es muy importante tratarla, por lo tanto, si sientes dolor en el pecho al respirar, hinchazón en los pies y síntomas parecidos a la influenza, ve al doctor. Cortesía: iStock

Como ya viste, si bien no siempre se trata de un trastorno grave, en ocasiones es una señal de alerta, y es importante identificar la causa y darle seguimiento. No dejes pasar tus sudores nocturnos, siempre avísale a tu médico que los estás teniendo. Cortesía: iStock

Sí, es cierto, hay noches muy calurosas en las que tu pijama te estorba y terminas durmiendo en ropa interior, pero de eso a que amanezcas más que sudada, casi diario, hay una gran diferencia. Si amaneces empapada en las mañanas, no le eches la culpa al calor, éstas son algunas posibles causas.

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Muchas veces has escuchado sobre la naturaleza del sudor y como éste sirve para enfriar tu piel cuando la temperatura corporal aumenta, sin embargo, también sabes que es más común durante el día, en especial cuando realizas actividad física o el calor está a todo lo que da (para esos casos, conoce las diferencias entre antitranspirante y desodorante y si son igual de efectivos), pero ¿qué hay del sudor nocturno?

Aunque sabemos que durante la primavera y verano muchas noches se exceden de calurosas, el sudor nocturno se refiere más a episodios de transpiración extrema, al grado de empapar no sólo tu pijama, también las sábanas, que nada tiene que ver con dormir muy tapada o la temperatura de tu cuarto, según indican especialistas de Mayo Clinic.

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En realidad, muchas veces las sudoraciones nocturnas suelen tener relación con una enfermedad no diagnosticada y pueden asociarse a fiebre, adelgazamiento, dolor localizado, tos (aprende a identificar qué tipo de tos tienes, aquí), diarrea, entre otros síntomas.

Para conocer algunas de las causas de estos episodios, entra a nuestra fotogalería.