Adicto a los cigarrillos

Por: Mariana Peña

Una persona se vuelve adicta a los cigarrillos debido a la rápida acción de la nicotina en los centros de placer del cerebro. Cuando fumas un cigarrillo, la nicotina entra al torrente sanguíneo y en 15 a 20 segundos comienza a trabajar en el cerebro.

 

La nicotina se une a los receptores de la acetilcolina, que es un neurotransmisor. Esto causa un cambio en las paredes celulares que permiten a los iones de calcio o de sodio entrar en la célula y provocan que los neurotransmisores del cerebro se liberen. Estos afectan el estado de ánimo y comportamiento. La dopamina produce sensaciones de placer y disfrute. La serotonina ayuda a moderar el estado de ánimo y controla el apetito. El ácido gamma-aminobutírico (GABA) produce un efecto calmante que reduce la ansiedad.

 

Fumar es un medio artificial que provoca una sensación de placer, tranquilidad y una moderación de su estado de ánimo. Debido a estos efectos positivos y la velocidad con la que están asociados con el consumo de nicotina, el fumar es altamente adictivo.

 

Un fumador ocasional o social, puede comenzar a usar los cigarrillos como un medio para hacer frente a las tensiones de la vida cotidiana y puede cambiar de fumador social a fumador habitual. Una vez que comienza a fumar varios cigarrillos al día, la nicotina estimula constantemente su cerebro, las 24 horas del día y lo vuelve psicológicamente adicto a los efectos positivos de la nicotina.

 

Después de fumar durante varios años, comienza a ocurrir una transición en el mecanismo de la adicción: el cerebro se acostumbra a la presencia de la nicotina y se modifica físicamente al aumentar la concentración de la misma y cada vez requiere de una mayor cantidad para funcionar correctamente. Es decir, el cerebro se vuelve dependiente de la nicotina para las funciones normales, lo que produce tolerancia a la nicotina.

 

Síntomas de abstinencia

 

Cuando el cerebro es incapaz de obtener la cantidad necesaria de nicotina, experimenta síntomas de abstinencia, que incluyen irritabilidad, inquietud, dificultad en llevarse bien con la familia y amigos, insomnio, ansiedad, depresión, hambre, dificultad para concentrarse y letargo.

 

La mitad de la nicotina en el organismo se metaboliza y se desecha cada 2 horas. A medida que disminuye el nivel de nicotina, los síntomas de abstinencia aparecen y la única forma de aliviarlos, es con otra dosis de nicotina. Ahora fuma, no por placer, sino para eliminar los síntomas de abstinencia.

 

Como cualquier adicto, el fumador a menudo necesita su primera dosis de nicotina tan pronto como sea posible. Muchos fumadores encienden su primer cigarro, dentro de los 5 minutos después de despertar.

 

Durante todo el día, necesitan dosis adicionales de nicotina, generalmente cada par de horas y a menudo están dispuestos a dejar la comodidad y afrontar el frío, lluvia o calor sofocante para conseguir la siguiente dosis de nicotina. Cuando esto ocurre, están definitivamente en la segunda etapa de la adicción a la nicotina.

 

En general, el tabaquismo comienza como una adicción psicológica a los efectos positivos de la nicotina en el cerebro. Pero, debido a que el cerebro se adapta a la nicotina, la adicción de fumar se vuelve un medio para prevenir los efectos negativos del síndrome de abstinencia.