3 sencillos trucos para saber que el bacalao está descompuesto (o infestado de parásitos)
Por: Diana Oliva
Por: Diana Oliva
Al igual que los romeritos, los mexicanos disfrutan de comer una torta de bacalao en dos fechas especiales del año, Navidad y Semana Santa. Pero con la gran diferencia, que este pescado se puede comprar una sola vez, y conservar por meses en casa sin huella de descomposición, en la mayoría de los casos.
El origen del bacalao — o por lo menos el de su preparación— podría remontarse a 1900 a 1920. Donde la duración de los viajes y la falta de refrigerador o congeladores, la mayoría de las capturas de este animal se salaban en el mar para su conservación, describe un artículo de la NOAA Fisheries.
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Sí, todos los pescados huelen, y también el salado. Pero hay diferencias, para empezar un bacalao en óptimas condiciones tiene un olor fuerte y a salmuera. Nada de aroma a moho, fermentación o vinagre, si tiene alguno de estos tres es mejor que lo deseches.
Mira y toca. Una pieza “buena” debe tener un tono blanco o marfil, incluso después de haber permanecido mucho tiempo guardado. Si adquiere un color rojizo o amarillo, significa que se ha oxidado y está afectado por microorganismos. Estas partes suelen ser blandas al tacto. ¡Ojo!
Hidrata el bacalao por toda la noche. Si pasado este tiempo de él empieza a desprenderse fragmentos de un color verde o a oler a tierra o humedad, significa que está contaminado.
Si no lo has desalado, lo único que tienes que hacer es mantenerlo en un lugar fresco y seco. Así te puede durar meses. Si ya lo hidrataste lo puedes congelar, pero, únicamente por 2 meses y una vez descongelado, no podrás meterlo de nuevo en la nevera.
Ahora que ya sabes identificar si tu bacalao está en mal estado, podrás evitar posibles problemas a tu estómago.