1 de cada 5 personas con síndrome metabólico

Por: Deya Cano

La voz de los especialistas en nutrición y dietética del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es contundente: de no tomar medidas adecuadas en un tiempo pertinente, los pacientes con obesidad pueden padecer otras enfermedades como el síndrome metabólico. En nuestro país, una de cada cinco personas presenta este síndrome y es más común entre las familias con antecedentes genéticos.



El síndrome metabólico se caracteriza por provocar un desajuste hormonal, que comienza una vez que nuestras células de insulina dejan de funcionar correctamente y se producen ciertas disfunciones, en donde el organismo tiende a presentar alteraciones metabólicas que conllevan al incremento o disminución de la glucosa (azúcar).



Esta situación aumenta considerablemente la posibilidad de que el paciente llegue a presentar enfermedades cardiacas, derrames cerebrales o diabetes mellitus.



Al respecto, la Coordinación de Nutrición y Dietética del IMSS indica que el nivel normal de glucosa en una persona debe ser menor a los 110 miligramos sobre decilitro; cuando éste se eleva o decrece de manera considerable, hay mayor riesgo de que se exteriorice un desajuste metabólico en la sangre.

 

Controla tu azúcar

 

La única forma de conocer nuestros niveles de glucosa es a través de exámenes de sangre, los cuales deben realizarse periódicamente con la finalidad de descartar alguna patología extraña.



Según los especialistas, la mayoría de las personas que tienen el síndrome metabólico se sienten saludables y cabe la posibilidad de que no presenten ningún síntoma (como mareos, debilidad, náuseas, dolores de cabeza y musculares intensos, desmayos, entre otros)



Si no se trata a tiempo, puede derivar en otras enfermedades cardiacas y diabetes mellitus 2, los médicos recomiendan vigilar los niveles de glucosa.



Se cree que las causas es genética, pero también se considera que está relacionado con una inadecuada dieta y con la falta de actividad física.

 

Puede afectar, incluso, a personas aparentemente sanas y delgadas. Hasta hace unos años, el síndrome era más común en personas mayores de 50 años; sin embargo, hoy en día también se presenta desde los 35 años, aunque se va desarrollando desde la infancia por los malos hábitos de alimentación, el sedentarismo o la falta de ejercicio físico.