¿Por qué se acumula grasa en el abdomen?

El abdomen es la zona más difícil del cuerpo; es ahí en donde se acumula la grasa rebelde y la que resulta más dañina para nuestra salud.

En cierta forma seguimos siendo ese hombre y mujer de las cavernas  (al menos en algunas funciones de nuestro organismo) y es precisamente lo que sucede con la odiada "pancita". Derivado de la época en la que el ser humano tenía que sobrevivir largos periodos sin alimento, el cuerpo desarrolló un sistema de reserva energético. Michael Jensen, endocrinólogo de la Clínica Mayo, observó que por esta razón el tamaño y cantidad de las células grasas en el abdomen es mayor.

Hay quienes acumulan "los gorditos"  en caderas, glúteos, piernas, mejillas, etc. Lo anterior se debe a que los depósitos de grasa corporal varían de zona dependiendo de la genética de cada individuo. Si en tu familia varios integrantes acumulan grasa en el estómago, es probable que tú también tengas esta tendencia.

Llevar un estilo alimenticio desordenado (a deshoras), no comer de forma equilibrada, y con las porciones adecuadas, son hábitos que te harán subir de peso. Existen algunos alimentos que incrementan la acumulación de grasa. Por ejemplo: bebidas carbonatadas, sal en exceso, carbohidratos refinados (pan blanco, galletas, cereales azucarados) y frituras. 

La edad también influye en la distribución de la grasa. Después de los 35 años, el metabolismo se vuelve más lento, el cuerpo pierde tejido magro y suele haber mayor grasa en el abdomen. Se calcula que después de esta edad se eleva en un 30% el tejido graso, el cual se acumula en el centro del cuerpo.

Llevar un estilo de vida estresante también es factor para tener un estómago abundante. El estrés genera cortisol, una hormona que el cuerpo produce para aumentar la energía y mantenernos en estado de alerta.

El cortisol también ocasiona que se acumule grasa alrededor de los organos. Imagínate qué pasa si vivimos en estrés continuo por varios meses o años, obviamente aumentará nuestra circunferencia abdominal.  

Investigaciones de la Universidad de Nottingham, Inglaterra, revelaron que los patrones de sueño interrumpido tienen un alto impacto en la propensión a la obesidad. Es simple, no dormir engorda. 

Está demostrado que fumar reduce la grasa corporal total, pero incrementa la abdominal. 

El consumo excesivo de alcohol activa mecanismos de acumulación calórica. 

Permanecer encorvado debilita los músculos del abdomen y favorecen la existencia de vientre pronunciado. 

Esta es, quizá,  la principal razón para la acumulación de grasa abdominal. La fórmula es sencilla, si no haces actividad física que te ayude a eliminar la cantidad de calorías que ingieres, vas a engordar. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda al menos dos horas y media de ejercicio a la semana.

La acumulación excesiva de grasa abdominal se asocia con problemas cardiovasculares, enfermedades metabólicas y padecimientos degenerativos como la diabetes tipo 2. Un estómago prominente también contribuye al estrechamiento y endurecimiento de las arterias, lo que conlleva mayor riesgo de infarto.   

Lo ideal es mantener la medida de la cintura en menos de la mitad de tu altura. Es decir, un hombre de 1.80 m de altura debe tener una cintura de menos de 90 cm. Una mujer de 1.70 m debe estar por debajo de los 85 cm.