Por qué los antojos nos hacen felices

Por: J. Manuel Reyes

Tratar de convencerte para que dejes de obtener un impulso anímico a partir de la comida, únicamente conduce a un mayor problema, como comer en exceso, explica Michelle May, médica y autora de Eat What You Love, Love What You Eat (Come lo que amas, ama lo que comes).

 

En ocasiones, aunque uno no tenga hambre o haya comido lo suficiente, consumimos ciertos alimentos –como los postres- sólo por el hecho de que nos hacen sentir mejor, más felices.

 

De acuerdo con la autora, lo anterior no necesariamente es algo malo siempre y cuando entendamos que comer por razones emocionales se debe a una conexión entre alimentarse y sentirse amado.

 

Sin embargo, para no caer en excesos, cuando uno come para sentirse bien debe permitírselo y luego proseguir con otra cosa. Suele ser más contraproducente decirle a la gente sólo “no lo hagas”.

 

En ese sentido, los antojos que sentimos los deseamos porque contiene químicos naturales que provocan placer, a lo cual el cuerpo responde con una descarga de endorfinas y origina una especie de euforia por dicha comida.

 

Un ejemplo muy común es el chocolate, que brinda a la gente  y sensación de placer debido a que contiene serotonina y otro neurotransmisor que provoca felicidad: la anandamida.

 

 

El peligro de consumir dichos antojos radica en que la mayoría son empaquetados y contiene otras sustancias, como los conservadores, que no son buenos para el organismo. Además, sustituirlos por las versiones light suele eliminar el propósito de placer y sólo provoca que consumas una mayor cantidad.

 

Para comer lo que deseas, sin caer en excesos, debes hacerte una pequeña prueba: pregúntate si realmente, realmente, realmente y realmente quieres algo, lo cual te ayudará a centrar tu atención en ello, según la especialista en la revista Health.

 

También permítete disfrutarlo al máximo y alejarte de distracciones como la tv o computadora. Recuerda que un postre sólo debe consumirse después de una comida, no comas con el estómago vacío y no te sientas culpable por satisfacer tu antojo. Y a ti, ¿qué te gusta comer cuando estás triste o feliz?

 

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