Neuroestimulación profunda contra el Parkinson

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Karla T.

POR: Karla T.

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19-09-2011

La enfermedad de Parkinson es degenerativa y afecta al movimiento. Habitualmente el Parkinson se presenta en personas mayores de 60 años, aunque en algunos casos puede empezar en edades más tempranas, como la juvenil, que inicia aproximadamente a los 20 años, y otra temprana, antes de los 40, indicó Lilia Núñez Orozco, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM.

 

No tiene una causa conocida, pero se produce porque se degeneran las neuronas que se encuentran en una estructura cerebral llamada sustancia negra, que origina dopamina (un neurotransmisor) que se comunica con el estriado, parte importante para el control del movimiento. Al disminuir la cantidad de dopamina se presentan los síntomas, como rigidez, temblor de reposo, lentitud del movimiento y dificultad para mantener la postura de manera automática. Si la persona empieza con los primeros síntomas, la pérdida de dopamina ya está en una fase de avance de 80%.

 

Según la neuróloga, la enfermedad de Parkinson tiene una evolución natural progresiva inexorable, hasta dejar a la persona postrada en cama con una invalidez importante, aún con el uso de medicamento; sin embargo, desde hace algunos años se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de la neuroestimulación profunda.

 

 

Actualmente se considera que la mejor opción quirúrgica en el tratamiento del Parkinson es la aplicación de neuroestimulación profunda. Mediante un sistema llamado estereotaxia, se coloca un electrodo en una región específica del cerebro (que puede ser el globo pálido o el núcleo subtalámico de Luys) y se conecta con un cable a una fuente de energía eléctrica, parecida a los marcapasos que se colocan en el corazón.

La también jefa del Servicio de Neurología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE explicó que este sistema se coloca por debajo de la piel (de modo que es prácticamente imperceptible), y el mejor momento de usar esta alternativa es cuando el enfermo ya no tiene una respuesta favorable a los medicamentos tradicionales para tratar este padecimiento; sin embargo, se requiere de una evaluación previa del neurólogo para determinar si se es candidato o no.

 

En ese proceso, se suspenden los fármacos hasta que se presentan las manifestaciones más agudas del padecimiento, y luego se suministra la sustancia levodopa; “... si hay respuesta favorable, se considera que la neuroestimulación profunda será un éxito”, aseveró.

Tratamiento

El padecimiento no se cura, pero existe la posibilidad de controlar los síntomas. Para ello se recomienda iniciar el tratamiento con fármacos que protegen de la degeneración a las neuronas que producen dopamina (selegilina o rasagilina).



Se procura retrasar el inicio de levodopa (precursor químico de dopamina) lo más posible, pues su vida útil es de alrededor de 10 años y después se producen complicaciones, como fluctuaciones amplias de movimiento, sacudidas anormales incapacitantes o falta de respuesta.

 

Núñez Orozco aseguró que aplicados de manera adecuada, se mejora la calidad de vida e incluso se logra que casi no se note el mal, porque el paciente puede hacer sus actividades normales, aunque con la progresión y las complicaciones del tratamiento, es necesario contar con alternativas diferentes, y es aquí donde puede ser efectiva la neuroestimulación profunda.

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