Dos pasos para no perder la visión si eres diabético

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Samuel Arroyo

POR: Samuel Arroyo

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31-05-2011

En los años 1950 y la mayoría de los 60, la diabetes no representaba un problema importante. En aquel entonces, todo el enfoque estaba centrado en tratar las enfermedades que se consideraban más importantes como la poliomielitis y la tuberculosis. La diabetes se pensaba, más en el contexto de la necesidad de reducir el azúcar en el café, y no como una amenaza grave a su vista o incluso a la vida.

 

Lamentablemente eso está cambiando. En los últimos años ya no es exagerado decir que la diabetes está alcanzando niveles de epidemia en la mayoría del mundo occidental. Según la Asociación Americana de Diabetes hay más de 20 millones de diabéticos tan solo en Estados Unidos, con la asombrosa cifra de un tercio sin diagnosticar. Y las cosas no paran ahí, sino que pintan para ponerse mucho peor, ya que otros 41 millones de estadounidenses ya están mostrando signos pre-diabéticos.

 

La diabetes es una enfermedad que afecta sobre todo a los vasos sanguíneos y en formas extremas puede llevar a enfermedades graves del corazón, derrame cerebral y daño renal. Es evidente que la vida de los diabéticos peligra por las enfermedades vasculares y esta merecen atención prioritaria, pero el riesgo de enfermedades oculares graves y pérdida de la visión, también ocupan un lugar preponderante en la escala de importancia y urgencia de atención para pacientes diabéticos.

 

 

La visión es uno de nuestros sentidos más importantes; más de 70% de la información sensorial llega a través de nuestros ojos. Según la Academia Americana de Oftalmología, los diabéticos tienen 25 veces más probabilidades de perder la visión que los que no son diabéticos. Tristemente, la diabetes ya es la primera causa de ceguera en Estados Unidos, no es de extrañar que los profesionales de la atención de la visión están prediciendo un aumento devastador en la pérdida de visión como la parte de la epidemia de diabetes crece de manera alarmante.

 

Los pacientes recientemente diagnosticados con diabetes, a menudo no tienen nada más que las fluctuaciones de menor importancia en la visión cuando los niveles de azúcar en la sangre mejoran con el tratamiento. Al principio es fácil creer que todo está bien, pero después de algunos años, el nivel de azúcar en la sangre puede dañar los vasos sanguíneos en la parte posterior del ojo en la retina. Esto provoca un problema llamado retinopatía diabética y si alguien ya tiene diabetes es más probable que sufra de este padecimiento. El riesgo aumenta aún más cuando hay un mal control de glucosa en la sangre. Más de 70% de los diabéticos desarrollan algunos cambios en sus ojos dentro de los primeros 15 años a partir del diagnóstico.

 

La retinopatía se califica como no proliferativa o proliferativa. La no proliferativa es la forma más leve común, donde los pequeños vasos sanguíneos de la retina se rompen. Puede haber una leve inflamación, pero que rara vez requiere tratamiento a menos que la visión central sea borrosa o que las líneas rectas parezcan torcidas.

 

La retinopatía proliferativa es la forma menos común, pero más grave cuando nuevos vasos sanguíneos crecen de manera anormal en la retina. Si estos vasos cicatrizan o sangran puede llevar a la pérdida de la visión potencialmente grave como la ceguera. El tratamiento oportuno con láser puede sellar las hemorragias de los vasos y retrasar la progresión de la retinopatía diabética, pero no puede revertir la pérdida de visión existente.

 

 

Por el momento, no hay una píldora mágica para eliminar el riesgo de lesiones oculares diabéticas, pero se puede hacer dos cosas importantes para ayudar a prevenir las complicaciones más graves. El poco control de azúcar en la sangre es una de las principales causas de la retinopatía diabética grave.

 

  1. El primer paso crítico es asegurar la estabilizar y control de su azúcar en la sangre con una dieta saludable y ejercicio regular
  2. El segundo paso es asegurarse de tener un examen anual del ojo diabético. Un profesional del cuidado del ojo experimentado puede recoger sutiles cambios oculares antes de que note cualquier cambio en la visión, y lo más importante, con tiempo suficiente para hacer algo para prevenir las consecuencias

 

Si tú o alguien de tu familia están afectados por esta creciente ola de marea de la diabetes: actúa ahora para reducir el riesgo de pérdida de visión. ¡No seas una víctima más!

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