Demencia senil, una forma de dejar este mundo

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La demencia senil se presenta en adultos mayores
Lau Martínez. Colaboradora

POR: Lau Martínez. Colaboradora

Estudió periodismo y comunicación en la UNAM. Desde hace 6 años vive en Madrid y colabora como corresponsal en Salud180.com. Siguel@ en:

29-07-2010

Para que no quede duda: la demencia senil es una enfermedad y no forma parte del proceso normal del envejecimiento. Aunque los adultos mayores, a medida que envejecen, protagonizan una serie de cambios físicos y mentales, esto no significa que tengan que padecer algún tipo de demencia.

El término demencia senil describe un grupo de síntomas causados por cambios en la función del cerebro, caracterizado por el deterioro de la memoria a corto y largo plazos, y asociado a trastornos del pensamiento abstracto, juicio, funciones corticales superiores y modificaciones de la personalidad.

 

Según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos (NIA, por sus siglas en inglés), todas estas alteraciones son lo suficientemente graves como para interferir significativamente en las relaciones personales y en las actividades laborales o sociales.

Las dos formas más frecuentes de demencia en las personas mayores son la enfermedad de Alzheimer y la demencia multi-infarto o vascular; se trata de padecimientos irreversibles (no tienen cura) y, de acuerdo con los expertos, comienzan generalmente después de los 65 años.

 

Las personas con demencia pierden sus facultades mentales a ritmos diferentes.


Síntomas de la demencia senil

Entre otros, destacan: hacer la misma pregunta en forma repetida, perderse en lugares conocidos, no tener capacidad para seguir instrucciones, estar desorientado, perder el sentido del tiempo, confundir lugares y personas, y descuidar la seguridad personal, la higiene y la alimentación.

 

La demencia puede ser causada por muchas afecciones, algunas de las cuales son reversibles como la fiebre alta, deshidratación, déficit vitamínico, mala alimentación, reacciones adversas a los medicamentos, problemas con la tiroides o lesiones menores en la cabeza. Este tipo de dolencias puede ser grave, por lo que es imprescindible acudir al médico lo más pronto posible.

 

En ocasiones, los adultos mayores sufren problemas emocionales que pueden confundirse con demencia; por ejemplo, los sentimientos de tristeza, soledad, preocupación o aburrimiento pueden ser más comunes entre las personas que se enfrentan a la jubilación o que están sufriendo la muerte de un cónyuge, pariente o amigo.

 

El proceso de adaptación a estos cambios hace que algunos ancianos se sientan confundidos o se vuelvan olvidadizos. Estos problemas emocionales pueden aliviarse con el apoyo de familiares y amigos o con ayuda profesional de un médico que diagnosticará la gravedad del problema y podrá recomendar una completa evaluación física, neurológica y psiquiátrica.

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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