Alzheimer: agresivo y discapacitante

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 20 millones de personas en el planeta están enfermas de Alzheimer.

En México, alrededor de 500 mil personas están afectadas, aunque esta cifra podría triplicarse para el año 2050, si consideramos el aumento en las expectativas de vida además, de que uno de cada 4 mexicanos tendrá 65 años y sería proclive a la enfermedad.

Según información del Instituto Mexicano del Seguro Social, el Alzheimer es un padecimiento progresivo y degenerativo del cerebro para el que no existe recuperación; ataca las células nerviosas en todas las partes de la corteza cerebral, así como algunas estructuras circundantes, deteriorando las capacidades de la persona de controlar las emociones, reconocer errores y patrones, coordinar el movimiento y recordar.

Es la más común de las demencias y el más agresivo de los padecimientos neurológicos, porque incapacita totalmente a la persona que lo sufre.

Diagnóstico

Según el doctor Humberto Juárez Jiménez, jefe del Departamento de Neurología de la Unidad Médica de Alta Especialidad del Centro Médico Nacional la Raza, el Alzheimer se presenta mayoritariamente en mujeres después de los 65 o 70 años, aunque los primeros síntomas se pueden dar desde los 50 años. Se caracteriza por la disminución de las funciones intelectuales, pérdida de la memoria, desorientación en tiempo y espacio, alteraciones en la cordura e, incluso, desconocimiento de sí mismo.

Síntomas

Para el doctor Alfredo Flores Ciro, neurólogo y neurofisiólogo del Hospital Gabriel Mancera del IMSS, este padecimiento provoca una disminución intelectual tan grave que impide realizar actividades cotidianas y, a medida que la enfermedad avanza, el deterioro provoca el olvido permanente de necesidades fisiológicas como dormir, comer o ir al baño, lo que trae como consecuencia infecciones recurrentes y otras complicaciones de la salud.

Los primeros síntomas pueden confundirse con signos de envejecimiento, pero hay que advertir si el paciente presenta olvidos, pérdida de concentración, problemas motrices, dificultad para hablar y caminar, confusión y desorientación en tiempo y espacio, nerviosismo, si no reconoce a familiares cercanos o se muestra cansado, callado, deprimido irritable y agresivo. La causa de la enfermedad es desconocida; sin embargo, los últimos estudios científicos y médicos estiman que su origen es genético, por desórdenes metabólicos o golpes en la cabeza.

El Alzheimer puede ser diagnosticado mediante un estudio neurológico llamado “minimental” que detecta el estado cognoscitivo del paciente; en caso de que se requiera, se puede aplicar una biopsia cerebral (extracción de un fragmento de la corteza cerebral), para determinar si el paciente presenta la enfermedad demencial.