Grandes pérdidas económicas y afectivas por el alcohol

Para el Dr. Rafael Velasco Fernández, Presidente del Centro de Estudios Sobre el Alcohol y el Alcoholismo y miembro del Seminario de Cultura Mexicana, el alcohólico es una persona incapacitada para controlar su forma de beber, sin importar que con este dañe su salud, su empleo, su mente e, incluso, a su familia.

Al principio, el alcohólico puede aparentar una alta tolerancia al alcohol, consumiendo grandes cantidades, mostrando menos efectos nocivos que la población normal. Sin embargo, empieza a cobrar cada vez mayor importancia en las relaciones personales, el trabajo, la reputación e incluso la salud física. El paciente pierde el control sobre el alcohol y es incapaz de evitarlo o moderar su consumo.

La dependencia física del alcohol

La dependencia física se manifiesta cuando se interrumpe el consumo de alcohol, provocando síntomas muy claros de abstinencia acompañados de las enfermedades asociadas a su ingesta.

Los efectos directos del alcohol en el sistema nervioso son: la depresión, la ansiedad, tensión e inhibiciones. Si se llega a consumir en cantidades excesivas, el alcohol puede ocasionar una severa intoxicación e incluso, envenenamiento.

También puede aparecer una irritación del tracto gastrointestinal con erosiones en las paredes del estómago debido a las náuseas y vómitos.

Es común que se presenten deficiencias nutricionales en los alcohólicos de larga evolución, debido a que las vitaminas no son asimiladas por el organismo. Sin dejar de mencionar los problemas en el hígado (cirrosis hepática) y los del sistema cardiovascular que se ve afectado por cardiopatías.

También puede aparecer una alteración sexual causando disfunción en la erección del pene en el hombre y una desaparición de la menstruación en la mujer.

El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal del alcohol.

La dependencia psicológica y social

Entre los factores psicológicos se incluyen: la necesidad de consuelo para la ansiedad, conflictos en las relaciones personales, baja estima personal, depresión, etc.

Los factores sociales: la facilidad de consumo de alcohol, la aceptación social del consumo de alcohol, estilos de vida de estrés, presión de compañeros, etc.