12 millones padecen Leishmaniasis en el mundo
POR: Lau Martínez. Colaboradora
Estudió periodismo y comunicación en la UNAM. Desde hace 6 años vive en Madrid y colabora como corresponsal en Salud180.com. Siguel@ en:
El nombre le viene de los organismos microscópicos y unicelulares (Leishmania) que, pese a su tamaño, han logrado contagiar a millones de personas en el mundo.
Estos parásitos infectan a alrededor de 30 especies de mosquitos cuya picadura transmite la enfermedad. Excepto en Australia, la leishmaniasis está presente en todos los continentes.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada año ocurren 2 millones de nuevos registros en el mundo, la mayoría son diagnosticados como leishmaniasis cutánea.
En el continente americano se han reportado casos desde el norte de Argentina hasta el sur de Texas y un estudio del Centro Médico de la Universidad de Maryland, ha informado del contagio entre algunos militares que regresaron del golfo Pérsico.
Tipos de leishmaniasis, algunos mortales
La más común es la cutánea y afecta la piel y las membranas mucosas mediante la formación de úlceras cutáneas o llagas que se asemejan a las producidas por otras enfermedades, como la tuberculosis, sífilis, lepra, el cáncer de piel u otro tipo de padecimientos producidos por hongos.
Otro tipo es la sistémica o visceral que daña al cuerpo entero y que si se complica o no es atendida, puede provocar incluso la muerte, ya que los parásitos dañan al sistema inmunológico disminuyendo el número de células que combaten la enfermedad.
Hemorragias y llagas entre los síntomas
En el caso de la leishmaniasis cutánea, la persona afectada tiene dificultades para respirar y deglutir, llagas en la piel y úlceras cutáneas en el área donde se produjo la picadura, así como hemorragias nasales y erosión de los tejidos en la boca, lengua, encías, labios, nariz y el tabique nasal; es común la desfiguración facial.
En menores, la infección visceral y sistémica empieza súbitamente con vómitos, diarrea, fiebre y tos.
En personas adultas, se presenta una fiebre que dura de dos semanas a dos meses, acompañada de síntomas como fatiga, debilidad y pérdida del apetito. La debilidad aumenta conforme la enfermedad empeora. La piel se torna escamosa, grisácea, oscura mientras el pelo adelgaza.
Como la mayoría de las enfermedades tropicales, la leishmaniasis afecta sobre todo a las clases menos favorecidas, donde el acceso a la atención médica es difícil, los programas comunitarios insuficientes y el control de la población de mosquitos ineficaz.
Contra la leishmaniasis no hay vacunas ni medicamentos preventivos, sólo el control del microscópico parásito y sus mosquitos transmisores puede contribuir a frenar esta enfermedad endémica en más de 100 países.
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