Poder terapéutico de las manos

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Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Samuel Arroyo

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29-09-2010

El masaje es el recurso por excelencia de la fisioterapia, pero eso no significa que sea siempre el mejor o el más adecuado. Todo dependerá de la valoración y diagnóstico del fisioterapeuta. Así lo afirma Fernando Ruíz, especialista en el tema y miembro del centro médico Bac de Roda de Barcelona (España), para quien la preparación profesional y ética del fisioterapeuta es fundamental.

 

Hoy día, la fisioterapia es una de las carreras más jóvenes y prometedoras de muchos países del mundo, con poco más de medio siglo de historia.

 

Las manos y su poder terapéutico

 

La herramienta básica y principal de todo fisioterapeuta es el empleo de sus manos pero, por su formación, es capaz de prevenir, diagnosticar y tratar patologías del aparato locomotor sin necesidad de fármacos ni cirugías. Un especialista serio y profesional, añade Fernando Ruíz, “con las manos como único instrumento de trabajo, puede recolocar vértebras en su sitio, solventar hernias o protrusiones discales, movilizar la extremidad superior para curar un síndrome de túnel carpiano, lograr que un niño afectado de parálisis cerebral consiga ser autónomo, o que un anciano con una hemiplejia pueda usar correctamente su mano, o que una prótesis de rodilla consiga moverse hasta 100 grados de flexión, o curar una cefalea o migraña de origen cervical, o solucionar la incontinencia urinaria de una mujer con simples ejercicios”. Para Ruíz, un fisioterapeuta es mucho más que el “chico de los masajes”.

 

Un poco de historia

 



La mayoría de los agentes físicos empleados en la fisioterapia moderna ya se utilizaban en la antigüedad. Los primeros escritos de Grecia y Roma se refieren a los efectos benéficos tanto del ejercicio como de los masajes, que ya fueron utilizados por los antiguos chinos, persas, egipcios y griegos. En nuestra época, el campo de la fisioterapia surge en Inglaterra a finales del siglo XIX. Poco después los cirujanos ortopédicos estadounidenses empezaron a formar mujeres jóvenes licenciadas en educación física para cuidar de los pacientes en las consultas médicas y en los hospitales.

 

En 1916, cuando una grave epidemia de poliomielitis azotó Nueva York y Nueva Inglaterra, estas mujeres trataron miles de pacientes mediante técnicas fisioterapéuticas. Después de la Segunda Guerra Mundial, la fisioterapia se utilizó mucho en el cuidado de los pacientes, debido a los excelentes resultados obtenidos en el tratamiento de los heridos de guerra. La demanda de fisioterapeutas creció para atender a pacientes y heridos a consecuencia de los accidentes laborales, el aumento de las discapacidades crónicas consecuencia del número creciente de ancianos en la población, y el rápido desarrollo de los programas hospitalarios y de asistencia médica.

 

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