Del relax y el confort a la pérdida del control

Cuando alguien toma más alcohol del que el hígado puede filtrar, el alcohol extra se acumula y esto disminuye la acción del sistema nervioso. Así empiezamos a perder control.

En cantidades pequeñas (uno o dos tragos) podemos sentirnos relajados, ésto se debe a que el alcohol es una droga "depresora" que actúa contra el sistema nervioso central; gracias a ésto, el consumo exagerado de alcohol ocasiona trastornos de coordinación, dificultad para el habla y pérdida de conciencia.

Cuando el alcohol se procesa en el organismo se produce una disminución de los niveles de glucosa en sangre. Circunstancia que deben tenerla en cuenta especialmente las personas que padecen diabetes.

La disminución de glucosa (azúcar) produce síntomas como cansancio, mareo, temblores, visión borrosa e incluso pérdida de consciencia si las cantidades de alcohol son elevadas

Sus efectos sobre el sistema nervioso producen liberación de inhibiciones, dificultad para hablar y caminar, conducta agresiva, y a partir de 200 mg. de alcohol se llega a la borrachera, con periodos de sueño, mareos, vértigos, confusión y delirio

Si se sobrepasan los 350-500 mg. se produce coma etílico y muerte por parálisis de los centros respiratorios cerebrales

Las causas del alcoholismo

Para el Dr. Rafael Velasco Fernández, Presidente del Centro de Estudios Sobre el Alcohol y el Alcoholismo, las causas de esta enfermedad son las siguientes:

• Evasión: Beber se puede usar como un medio para excluir de la mente problemas desagradables en vez de hacerles frente.
• Soledad: la bebida se puede usar para disminuir el dolor causado por tener pocas amistades, mudanzas frecuentes, no tener "raíces", separación de los seres queridos, etc.
• Miedo: la bebida puede darle a las personas tímidas, inseguras o amenazadas, un falso sentido de confianza en sí mismos y seguridad.
• Falta de control emocional: puede parecer que beber alivia los problemas que uno sufre en sus relaciones con otras personas.