¿Sabes cómo controlar la impulsividad?

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La impulsividad viene acompañada de hiperactividad y déficit de atención/ Fuente: Photos.com
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POR: Salud180.com

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08-02-2014

La impulsividad es un rasgo del temperamento en los niños y de personalidad en los adultos, que ha estado presente de alguna forma a lo largo de todas las etapas del desarrollo. 

 

Normalmente la impulsividad viene acompañada de hiperactividad y déficit de atención, y esto puede ser la antesala de problemas de aprendizaje, conductas  disruptivas y, más adelante, agresivas o delictivas. 

 

Hay niños que presentan serias dificultades para reprimir sus impulsos, y esto les conlleva a numerosos conflictos tanto en ámbito familiar, como en el escolar y social. Es importante que conozcas algunos de los signos relacionados con la impulsividad:

 

1. Primero actúa, luego piensa.

2. Contesta antes de acabar de oír la pregunta.

3. Dificultades para esperar su turno en los juegos.

4. No soporta que le ganen.

5. Interrumpe.

6. Baja tolerancia a la frustración.

7. Poco autocontrol.

8. Desobediencia, negativismo.

9. Se involucra en actividades físicas peligrosas sin valorar sus consecuencias.

10. Berrinches incontrolados.

La impulsividad como factor psicológico requiere de un tratamiento, ya que  tiene repercusiones directas en la vinculación afectiva y en el equilibrio emocional. También deteriora seriamente la capacidad de aprendizaje del niño y su buena adaptación a la escuela y compañeros. 

  ¿Qué  se puede hacer?

 

1. El niño debe de aprender  que sus actos tienen consecuencias. Por ello, los berrinches, conductas desafiantes, agresiones u otros, debemos ser capaces de marcar consecuencias inmediatas (retirar la atención, reforzadores, usar el tiempo fuera, etc.) Por ejemplo, si ha tirado algo deberá recogerlo y ponerlo en su lugar; si ha insultado a alguien deberá pedir perdón, etc. Algo importante es que debemos esperar a que se calme para aplicar las consecuencias.

 

2. Tienes que mostrarte sereno y tranquilo, pero a la vez contundente y decidido.

 

3.  Introduce medidas correctoras. Evidentemente los mensajes y las medidas se deben adaptar a la edad y características del niño y la familia, por eso es importante pedir ayuda de un especialista. Los talleres de disciplina o las sesiones de orientación a padres son muy eficaces.

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