¿Qué es y cómo funciona tu reloj biológico?

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Todos los seres vivos tenemos un cronómetro interno que dirige los procesos fisiológicos y las conductas que el organismo lleva a cabo de manera periódica y en un tiempo determinado. Fuente: Photos.com

La noche es para descansar y el día para trabajar. Los horarios del cuerpo están marcados por las manecillas de nuestro reloj biológico; si cambiamos drásticamente los tiempos de dormir, comer o despertar, experimentaremos fatiga, nervios y mal humor.

 

Todos los seres vivos tenemos un cronómetro interno que dirige los procesos fisiológicos y las conductas que el organismo lleva a cabo de manera periódica y en un tiempo determinado. Los latidos del corazón, la presión arterial, la respiración y la actividad reproductiva entran en esta categoría.

 

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  Cada reloj marca su propia hora

 

Algunos ritmos tienen la característica de “ajustar sus tiempos” a los cambios periódicos del ambiente, como los llamados ritmos circadianos, que dependen de las variaciones de luz-oscuridad y de la temperatura para regular aspectos como la actividad, el reposo, la necesidad de alimento y la temperatura corporal. Estos ritmos tienen una duración de aproximadamente 24 horas cuando se estudian en condiciones de luz y temperatura constantes.

 

Se ha descubierto que los ritmos biológicos dependen de la función de osciladores que van marcando el tic- tac de nuestro reloj interno. Si lo comparamos con un reloj artificial, el oscilador sería el péndulo que se comunica con las manecillas para que marquen las horas y los minutos.

 

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  Cronómetro interno regula funciones

 

Hasta el momento, el oscilador más importante que se ha descubierto en el cronómetro interno de los humanos es el núcleo supraquiasmático, localizado en el cerebro y que los científicos describen como un conjunto de 20 mil células que cabrían en la mitad de la superficie de la goma de un lápiz. Este núcleo controla las funciones relacionadas con los ritmos circadianos.

 

Los científicos han registrado otro oscilador que regula la necesidad de alimentos. Las investigaciones sugieren que podría estar en el hígado y que extiende su mecanismo de acción hacia el cerebro. Por ello, en el Instituto de Fisiología Celular y la Facultad de Medicina de la UNAM, realizan experimentos con roedores para conocer más de su naturaleza.
 

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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