Productos "milagro", sin evidencia científica

Compartir en Instagram se abrirá una nueva ventana
Guardar en Favoritos
Guardar en Favoritos
Para una empresa farmacéutica, emprender el hallazgo de una molécula nueva, innovadora y no nociva puede tardar hasta 12 años y costar entre 500 y mil millones de dólares. Fuente: Photos.com

Para que una sustancia química innovadora pueda ser utilizada para desarrollar nuevos medicamentos, una empresa farmacéutica necesita gastar entre 500 y mil millones de dólares por proyecto. El proceso es largo, implica investigación clínica, pruebas preclínicas y toxicológicas. En cambio, los productos “milagro” no cuentan con evidencia científica que garantice su efectividad.

 

El elixir de la eterna juventud, geles que reducen las odiadas “lonjitas”, pastillas “naturales” contra miles de padecimientos, potenciadores sexuales, brazaletes que “equilibran” la energía y demás productos milagro que ofrecen resultados extraordinarios en poco tiempo, pueden poner en riesgo la vida de las personas.

 

En contraparte a estos productos milagro, las farmacéuticas llevan más de 50 años dominando el concepto de "medicina basada en la evidencia”: fármacos que han pasado por pruebas experimentales que demuestran su eficacia. Sin embargo, desde 1985 se frenó la aparición de medicamentos innovadores, es decir, sustancias activas que prevengan, alivien o mejoren alguna enfermedad.

 

Rodolfo Rodríguez Carranza, del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, explicó que para una empresa farmacéutica emprender el hallazgo de una molécula nueva, innovadora y no nociva puede tardar hasta 12 años y costar entre 500 y mil millones de dólares.

 

“La investigación farmacológica pasa por tres etapas: investigación clínica, preclínica y estudios de toxicología. Durante la clínica se hace síntesis de estructuras químicas. De 10 mil moléculas que estudiamos a través de los procesos de farmacología preclínica, muy pocas moléculas pasan a ensayo clínico: sólo una o dos moléculas se autorizan para su uso en seres humanos”.

 

La farmacología preclínica implica una enorme cantidad de estudios que van desde detectar qué molécula ataca a cierta enfermedad, hasta hacer ensayos comparativos con fármacos de referencia, conocer los efectos biológicos del producto y hacer los estudios de farmacocinética (estudio del efecto que tiene en el organismo desde que se ingiere hasta su eliminación total), comentó.

 

Rodríguez Carranza, jefe del Laboratorio de Desarrollo de Medicamentos de la FM, agregó que los estudios de toxicología analizan los efectos secundarios.

 

Una vez que los resultados superaron todas las pruebas, se muestran a las autoridades sanitarias para ser analizados y dictaminados por expertos. Si la sustancia muestra un efecto útil en la terapéutica y no daña, se autoriza su prueba en seres humanos. Cuando se llega a esta fase, se está del otro lado”, dijo.

 

Por su parte, los productos “milagro” no dependen de ningún estudio equivalente a los fármacos, ni cuentan con pruebas de eficacia ni de seguridad, advirtió el especialista.

 

Los productos “milagro” se caracterizan por exaltar en su publicidad cualidades terapéuticas, preventivas, rehabilitadoras o curativas, que van desde cuestiones estéticas hasta la solución a problemas graves de salud. Se elaboran con plantas o sustancias de origen natural o sintético. Se presentan en pastillas, soluciones, geles, cremas, parches, jabones, ampolletas, etcétera.

 

El problema principal surge cuando se ingieren, pues al ser combinados con medicamentos patentados, pueden ocasionar trastornos, ocultar síntomas y enfermedades, advirtió Lucio Lastra Marín, responsable de Operación Sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

 

En la publicidad no hay avisos por parte de las autoridades sanitarias que digan  las contraindicaciones de su consumo, y los empaques no tienen leyenda de advertencia de su uso ni los riesgos de consumo. Se anuncian como 100% naturales o innovadores, pero ¿realmente lo son? Lo peor es que médicos con cédula profesional los recomienden, comentó.

 

Es difícil no caer en la tentación de poseer un cuerpo escultural con la promesa de tomar dos pastillas al día, o con sólo apretar un botón que lo hará todo, pero seamos realistas, esos cambios repentinos no existen, la mejor forma de mejorar nuestra salud es con una alimentación balanceada y la práctica de alguna actividad física, subrayó Lastra Marín.

 

“Si usted presenta alguna enfermedad, acuda al doctor. Nos gustan los remedios fáciles y los milagros, y más si se trata de la apariencia, pero, ¿qué sucede cuando está en peligro nuestra salud? No se deje llevar por publicidad engañosa, como dice el dicho: lo barato, sale caro”, concluyó.
 

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

Compartir en Instagram se abrirá una nueva ventana
Guardar en Favoritos
Guardar en Favoritos
Lo que pasa en la red