Pensamientos ficticios generan estrés crónico

Estresarnos por acontecimientos que aún no pasan, pero que ya “creamos” en nuestra mente, podría causarnos un estrés crónico, afirma José Antonio Terrón, investigador del departamento de Farmacología del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN)

Hechos como: Qué pasará si llego tarde a una cita, si se me olvida llamar a alguien, recoger un material importante, etc. Son acontecimientos que aún no pasan, pero que ya nos podrían estar causando estrés, debido a que echamos a volar la imaginación con ideas negativas:

“Pensar esto nos puede provocar cansancio, ansiedad, estrés, depresión, problemas de aprendizaje, desórdenes alimentarios o del sueño, e inclusive alteraciones cardiovasculares, entre otros padecimientos”, afirmó el experto del IPN.

Terrón, precisó que muchos de los padecimientos que ocasionan el estrés crónico son producto de “películas mentales” en las que imaginamos situaciones de riesgo que provocan una alteración de la respuesta bioquímica del cuerpo.

La información, publicada en el diario La Jornada, sostiene que de manera cotidiana y natural los seres humanos tenemos miles de pensamientos ficticios sobre cosas que nos pueden generar angustia y que no se llegan a concretar, pero el cerebro responde a nuestros pensamientos y eleva la dosis de adrenalina, sube la presión arterial, hay dilatación de pupilas, sudoración y los músculos de piernas y brazos están listos para el ataque o la huída:

“Todos los días enfrentamos circunstancias que pueden producir temor o ansiedad, pero si continuamente tenemos estos pensamientos, sean reales o no, creer que en cualquier momento entrará el jefe y nos puede regañar, encontrarse en el metro con una persona que nos cae mal, etc. Todo esto alimenta una condición constante de ansiedad que el cerebro percibe como un riesgo elevado de peligro real”.

El estrés, como respuesta fisiológica, prepara a nuestro cuerpo para atender situaciones de emergencia. Las neuronas envían mensajes al organismo para proveerlo de energía y mantenerlo en un estado de alerta, lo que repercute sobre los circuitos neuronales que emplean sustancias químicas como la serotonina, que puede ocasionar ansiedad.

Explicó que nuestros pensamientos tienen una respuesta fisiológica que activa nuestro sistema de alarma. Esto ocasiona que el cerebro demande una enorme cantidad de energía ante situaciones, reales o ficticias, que percibe como un peligro real, lo cual tiene un costo elevado para el organismo, le ocasiona diversos padecimientos y alteraciones que nos impiden tener una buena calidad de vida.

En este sentido el especialista del Cinvestav y del IPN, precisó que el estrés no es una condición externa a nosotros, sino una forma en la que hemos decidido vivir, pero que podemos cambiar, pero para ello se requiere evitar en la medida de lo posible, pensamientos que nos desencadenen sensaciones de temor e inseguridad. ¿Has tenido este tipo de estrés? ¿Cómo te ha afectado? Comparte tu experiencia.