Investigan daños causados por solventes

La diversidad de usos y aplicaciones de los solventes industriales hace que prácticamente todos nos encontremos expuestos a ellos.

La mayoría de la población inhala estas sustancias de manera involuntaria, al realizar actividades tan cotidianas como pintar las paredes de la casa o llevar al hogar un mueble recién barnizado. Lo grave, dicen los científicos, son los efectos tóxicos que producen en el organismo.

“Son compuestos que fueron diseñados para diluir aceites, pinturas y en general sustancias no solubles en agua.

Recordemos que las células de nuestro cuerpo contienen lípidos o grasas, éstas son el “blanco” de los solventes; allí radica el principal peligro para la salud”, advierte el investigador de la UNAM, Alfonso Cárabez Trejo, del Laboratorio de Neuromorfotoxicología del Instituto de Neurobiología de la UNAM, con sede en Juriquilla, Querétaro.

“Cuando percibimos el característico olor de un mueble barnizado u otros utensilios nuevos, es señal de que estamos aspirando algún tipo de solvente”, agrega el neurobiólogo.

“En un principio el aroma es intenso, luego disminuye hasta que nuestro sentido del olfato deja de registrarlo, pero eso no significa que se evaporó o que ya no es tóxico; en realidad y sin darnos cuenta, los objetos están liberando el solvente y por lo tanto, el organismo continúa expuesto. Actualmente la inhalación de este tipo de sustancias representa un problema médico, laboral y social en muchos países”, afirma el experto.

  Células indefensas

El equipo de investigación de Cárabez Trejo ha reportado las repercusiones de los solventes en los diferentes órganos y tejidos; asimismo, ha logrado reconocer que el thinner es un compuesto nocivo para todo el organismo.

“Los solventes industriales comúnmente conocidos son una mezcla de tres elementos: un solvente puro; un disolvente, agregado para aumentar las propiedades de esa sustancia libre; y un diluyente, el cual permite obtener mayores volúmenes del material. En el caso del thinner, los análisis químicos revelan que es una combinación de más de 200 sustancias”.

Utilizando modelos animales, los investigadores comprobaron que al inhalarlo se distribuye en todo el organismo, donde interactúa con los lípidos presentes en las células. Es así como genera daños que van desde el adelgazamiento de los músculos, la degeneración del hígado y riñón, hasta el deterioro progresivo de las funciones del cerebro.

“Ahí el efecto es más rápido y directo, ya que interactúa con los lípidos de las membranas de las células cerebrales, provocando alteraciones en su funcionamiento.

Este mecanismo es el origen de las sensaciones de bienestar, del olvido de los problemas, de la pérdida de la sensación de hambre, así como de las alucinaciones que reportan quienes inhalan dosis excesivas del solvente”, detalla el especialista en neurociencias.

Menciona que los principales responsables de tales efectos son el tolueno y el benceno, elementos detectados en el thinner. “Está demostrado que uno excita la actividad de las neuronas, es decir, genera el estado alucinatorio, y el otro contribuye a prolongarlo”.

En animales expuestos al solvente, los científicos universitarios analizaron los cambios que sufren ciertas estructuras del Sistema Nervioso Central, en particular el cerebelo, involucrado en la coordinación de los movimientos del cuerpo; y el hipocampo, participante en los procesos del aprendizaje y la memoria.

“Sabemos que la inhalación voluntaria constituye una de las farmacodependencias más preocupantes en la actualidad, afecta principalmente a jóvenes y niños “en situación de calle”, sin embargo, poco se habla de los sectores de la población que inhalan de manera involuntaria.

De ahí la importancia de detectar qué efectos tiene en el organismo la inhalación de este solvente y promover la producción de solventes menos agresivos”, concluye el doctor Cárabez.