Estas son las palabras prohibidas en una discusión (evítalas y todo irá bien)

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Evita estas palabras en una discusión / Cortesía: Getty
ActitudFem

POR: ActitudFem

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12-07-2016

No hay nada de malo en discutir con tu pareja. Es algo normal y demuestra que ambos tratan de resolver un problema que les afecta. Pero de lo que se trata es que se llegue a un acuerdo y que la discusión no acabe peor que empezó. Para ello, evita las dos palabras prohibidas de cualquier discusión. ¿Adivinas cuáles son?

 

Una forma de empezar a mejorar las técnicas de comunicación es conocer las dos palabras que, pronunciadas durante una pelea, no traen nada bueno consigo: “siempre” y “nunca”.


Por ejemplo:


"Es que siempre dejas la toalla mojada en la cama".


"Es que tú nunca lavas los trastes".

 

En primera, ambos ejemplos son completamente falsos: es imposible que una persona siempre deje la toalla mojada sobre la cama, pues eso significaría que lo hace desde el principio de los tiempos, incluso antes del Big Bang. O, en el caso de los trastes, querría decir que esa persona no ha lavado ni un solo plato, ni por accidente, en toda su existencia (lo cual es poco probable).


En segundo lugar, la vida no es blanco y negro y las generalizaciones suelen no ayudar. En el momento en que uno de los dos dice alguna de las dos “antipalabras”, la otra parte se siente automáticamente atacada. Así, un simple comentario se vuelve un intercambio de reclamos y reproches; una competencia por demostrar quién es el más responsable/limpio/considerado de la relación.
¿Cuál es la solución, entonces? ¿Nunca decir “nunca”?


Aprender a escuchar es el primer paso. Entender que las discusiones no son cuestión de ganadores y perdedores, sino un trabajo de equipo en el que los dos son los beneficiados. Tratar de comprender lo que tu pareja trata de decirte y poner atención de forma genuina.


El segundo paso es saber expresar necesidades, sin atacar. En vez de generalizar, explica claramente qué es lo que te molesta y muestra tu disposición a encontrar una solución. Ambos puntos aplican para ambos lados.


Al final, la pareja también es la persona con la que sabemos que, por lo menos una vez en la vida, vamos a discutir. Más vale que sea una que juegue limpio. ¡Empieza por ser tú esa persona!

 

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