¿El agua no ayuda a bajar de peso?

Tomar mucha agua porque ayuda a bajar de peso, al arrastrar la grasa del cuerpo; que es fundamental para tener un cuerpo perfecto y una salud de “hierro”, son mitos bastante recurridos popularmente. Sin embargo, el agua no adelgaza, ni tampoco engorda, tómese a la hora o en la circunstancia que se beba.

El agua tiene cero calorías, y no influye en lo absoluto, ya sea a favor o en contra, en la pérdida o ganancia de peso.

  ¿Más mito que realidad?

Al respecto de los mitos sobre el vital líquido y su influencia en la masa corporal, genera casi una dependencia de las botellas de agua como parte de un altísimo consumo; y vale aclarar que, como todos sabemos, es imprescindible para vivir.

Empero, no necesitamos más de tres litros de ella al día, y sólo la mitad, litro y medio, de forma directa, porque el resto lo obtenemos de los alimentos, como por ejemplo las frutas y verduras.

“Lo que sí es cierto es que, en las dietas de adelgazamiento, al reducir la ingesta de alimentos, bajamos la ingesta de agua, por lo que hay que beber más para compensar”, dice en entrevista al medio español ABC la doctora Marta Garaulet, catedrática de Fisiología y Nutrición de la Universidad de Murcia y profesora visitante en la Universidad de Harvard, Estados Unidos.

Y por supuesto, la única manera real de bajar de peso es gastar más calorías de las que consumimos, algo que se logra reduciendo la ingesta calórica o aumentando la actividad física; incluso, y mejor aún, mezclando dieta con actividad física.

Otro de los mitos es un tanto inverso: “Si no bebes agua mientras comes, el organismo hará la digestión tomando agua corporal, pero en cuanto bebes se recupera. Es un truco fisiológico nada sano”, advierte la doctora Garaulet.
Al respecto, la endocrinóloga Irene Bretón, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, señala que “se retrasa el vaciamiento del estómago y puede favorecer la sensación de saciedad, pero no demuestra que contribuya a la pérdida de peso”, dice.

En definitiva, beber agua para mantenerse hidratado y reponer la que perdemos en procesos naturales del cuerpo, es una necesidad biológica, pero nada que ver con la pérdida o incremento de peso.