Cultura de la prevención dental

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La cultura de la prevención dental debe iniciar desde la gestación, para que durante la infancia se convierta en un hábito la salud bucal.

Es bien sabido que, en México, la gente acude al doctor sólo cuando hay dolor, tiene alguna molestia o sintió algo raro. No tenemos la cultura de ir a una revisión de rutina, por ello es indispensable desarrollar esta cultura de la prevención.

 

La higiene bucal debe incluirse en esa cultura de la prevención, debido a que la boca es primordial en nuestra salud y una parte del organismo en que se pueden detectar muchas enfermedades.

El odontólogo no sólo revisa los dientes, también encías, labios, parte interna de las mejillas, frenillos, etc., así que puede ser el indicado para detectar algunas enfermedades como: anemia, leucemia y cáncer en boca, entre otras.

 

Todo esto se puede lograr cuando se realiza una buena historia médica-dental, la cual será un referente en la cultura de la prevención y atención.

Un paciente debe de estar consciente que dicha prevención comienza con cuidados desde la gestación. Por ello, es importante indicarle a una madre las medidas de higiene, y orientarla para una ingesta de alimentos ricos en nutrientes que permitan una buena salud mental, física y dental.

 

Las primeras medidas de higiene dental en un recién nacido pueden iniciar con la limpieza bucal. Con una gasa enrollada en el dedo índice de la madre y mojada con agua hervida, se limpia el interior de la boca después de cada alimento.

A la madre se le debe recomendar amamantar, como parte de una cultura de prevención, tanto por las defensas que le va a trasmitir al bebé, como por el estímulo que esto provoca en el desarrollo de sus maxilares al hacerlo.

 

Cuando en el bebé aparezca su primer diente, el profesional le indicará a la madre utilizar un cepillo suave, para que el niño vaya asociando comida con limpieza, con la finalidad de desarrolla el hábito de la higiene bucal.

Siempre la forma de cepillado deberá estar supervisada por los padres ya que así el niño adquiere la habilidad para un mejor manejo del cepillo.

 

Al niño se le puede realizar su aplicación de flúor alrededor de un año o año y medio de vida; así, la cultura de prevención, se repetirá cada año, de la misma manera que se vigilará la erupción y desarrollo de las piezas dentales.

Es por ello que los padres deben llevar a sus hijos con el odontólogo, lo cual es fundamental en la cultura de prevención, para llevar a sus hijos y que en caso necesario se les realice un tratamiento completo y adecuado según su edad y desarrollo.

 

Es así como con la odontología de mínima invasión, se puede ofrecer una atención más agradable. Educando a los hijos es cómo podemos hacer que este país mejore en su cultura de la prevención, en lugar de restaurar.

De esa manera se optimizan los recursos y se puede invertir en investigaciones, para ser un país más sano y lograr un futuro lleno de personas con una buena salud dental, física y mental.

 

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Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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