¿Cómo tu cerebro puede evitar la obesidad?

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Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Salud180.com

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11-05-2015

Los centros nerviosos para el control de conducta alimentaria se encuentran en el cerebro, en la región del hipotálamo, por lo que la obesidad puede generarse a partir de mutaciones que producen alteraciones en un gran número de vías moleculares de señalización dentro del mismo.

 

Lo anterior indica que la conducta alimentaria es regulada por un proceso que implica una gran cantidad de interacciones, las cuales incluyen tanto señales neuronales, hormonales y vías neuropeptídicas.

 

En entrevista con Salud180.com, el investigador del Instituto de Neurobiología de la UNAM Campus Juriquilla, Mauricio Díaz, explica cómo se producen estas señales de hambre y saciedad desde estas regiones cerebrales:

 

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Las principales áreas hipotalámicas que participan en la regulación de la conducta alimentaria son:
 

 

1. El núcleo hipotalámico ventromedial (VMN), cuya lesión produce voracidad y obesidad.
2. El área hipotalámica lateral (LHA), cuya lesión produce disminución en la ingesta y anorexia.
3. El núcleo paraventricular, el cual recibe información aferente de otros núcleos cerebrales relacionados con la ingesta.
4. El núcleo arcuato, cuyas neuronas producen péptidos que regulan la ingesta, como el neuropéptido Y/AGRP y POMC /CART.

 

Las neuronas de estos núcleos reciben aferencias del nervio vago que llevan estímulos de saciedad, de acuerdo con el estudio Fisiología de la ingesta alimentaria, de Selva Rivas, Mariana Angoa y Stefan Mihailescu, del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina, UNAM.

 

Las señales que proveen información de corto plazo acerca del hambre y saciedad incluyen: péptidos tipo glucagon (GLPs), colecistoquinina, grelina y péptido YY (PYY).

 

Por lo cual, actualmente se encuentran investigando la manera de modificar todas estas señales, desde diferentes perspectivas, que permitan controlar la conducta alimentaria con la finalidad de combatir la obesidad.

 

Sin embargo, hasta el momento, no existe una clave específica –o segura- que permita activar desde el mismo cerebro algún mecanismo que reviertan del todo o que bloquee dichos procesos, por lo que la mejor estrategia para combatirla continúan siendo los sanos hábitos de vida y alimentación.

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