Beneficios de la biotecnología

La biotecnología es una herramienta que permite resolver grandes problemas que afectan la agricultura y la nutrición, ya que se pueden introducir nuevas propiedades agronómicas a los cultivos para hacerlos más robustos, resistentes a plagas, a estrés salino, escasez de agua y altas temperaturas derivadas del cambio climático; además, permite corregir defectos de los alimentos a través de manipulación genética, por ejemplo, la falta de vitamina A en el arroz y la yuca.

  Dile adiós a las toxinas y plagas

Agustín López-Munguía Canales, especialista del Instituto de Biotecnología de la UNAM, señaló que modificar genéticamente los alimentos también puede tener una repercusión importante en términos de salud pública, además de que permitiría lidiar con problemas de contaminación con toxinas fungales, escases de agua, deterioro de los suelos, aumento de temperatura o plagas.

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Como parte del trabajo que realiza con enzimas explicó que estas son un grupo de proteínas que se comportan como catalizadores de las reacciones que se llevan a cabo en la célula; agregó que todas las reacciones químicas que se dan en los sistemas vivos son catalizadas gracias a que existen estas proteínas, que se conocen como catalizadores biológicos y que permiten acelerar la velocidad de las reacciones bioquímicas.

Sin embargo, ¿cómo producir grandes cantidades de las enzimas que las células producían solo para su propio beneficio? Explicó que esta limitante se resolvió a principios del siglo pasado con la microbiología y la ingeniería de fermentaciones. De esta manera la producción de detergentes, junto con la penicilina, fueron los primeros productos de la microbiología industrial para beneficio de la humanidad.

En la actualidad, a través de herramientas de la biología molecular se puede producir prácticamente cualquier enzima en una amplia variedad de modelos, incluidas bacterias, levaduras, hongos y plantas. Hoy se cuenta con muchas enzimas disponibles e incluso algunas áreas de las industrias química, farmacéutica y alimentaria han podido desarrollarse gracias a la disponibilidad de enzimas en cantidades industriales.

Como ejemplos cabe destacar que no habría leches deslactosadas sin la producción de la enzima correspondiente y que muchos antibióticos de segunda generación, derivados de la penicilina o la cefalosporina, obedecen a procesos de transformación enzimática.