3 razones del por qué somos agresivos

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Ser un ganador. Un estudio, publicado en la revista Social Psychological Personality Science, señala que los ganadores de una competición se comportan de forma más agresiva hacia los perdedores que a la inversa/Fuente: Photos.com
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POR: Salud180.com

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23-10-2013

“Las palabras lastiman igual que los golpes.” La agresividad en todas sus expresiones hiere de la misma forma la dignidad y confianza de la víctima, quien tiene derecho a vivir con plenitud y sobre todo sin temor; pero, ¿por qué no podemos evitar ser agresivos?

 

De acuerdo con la Dirección de Atención y Prevención de la Violencia Familiar, en la Ciudad de México, 96 de cada 100 personas que viven violencia dentro y fuera del núcleo familiar son mujeres.

  ¿Un acto qué no podemos detener?

 

La agresividad tiene diversas expresiones: física (golpes), sicoemocional (insultos verbales) y sexuales (acoso); pero por qué no podemos evitarla. Aquí te presentamos tres razones científicas:

 

1. Ser un ganador. Un estudio, publicado en la revista Social Psychological Personality Science, señala que los ganadores de una competición se comportan de forma más agresiva hacia los perdedores que a la inversa.

 

2. Golosinas. Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Cardiff descubrió que los niños que comen dulces y chocolate a diario tienen más posibilidades de convertirse en adultos violentos.

 

3. Falta de empatía. Cuando un ser humano ataca a otro, lo habitual es que las neuronas espejo del cerebro se activen para ponerse en el lugar de su adversario (empatía), “sentir su dolor”, de esa forma, evitar que le hagamos daño. De hecho, la empatía es considerada la principal inhibidora de la violencia. Lo malo es que algunos hábitos pueden “anestesiar” nuestra capacidad de ser empáticos y volvernos insensibles al sufrimiento ajeno, así lo indica un estudio de la Universidad de Columbia en Estados Unidos.

 

La agresión es una respuesta natural y de adaptación ante la amenaza, es una emoción que inspira sentimientos y conductas poderosas que nos defienden cuando somos atacados.

 

Con frecuencia, detrás de esta conducta se encuentra el enojo, el cual se produce como una respuesta a la frustración o ante una amenaza física o psicológica y que debemos aprender a dominar para no dañarnos a nosotros y a los demás.
 

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