Amputación de extremidades inferiores

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informan que del total de amputaciones de las extremidades inferiores, entre 40 y 85% están relacionadas con la diabetes. En México, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 70% de las amputaciones de extremidades inferiores ocurren por una atención médica tardía de lesiones en pies, principalmente en personas que padecen diabetes.

El problema es que de 6,5 millones de personas que sufren de esta enfermedad en nuestro país, 35% ignora que la tiene.

Se calcula que sólo una de cada 10 personas con miembros amputados se rehabilita y únicamente 30% de los rehabilitados sabe usar adecuadamente sus aparatos y prótesis que, por otro lado, son muy caras, ya que en México pueden llegar a costar hasta 110 mil pesos.

• Falta de conciencia civil

Al inconveniente económico, que también incluye el gasto que los pacientes deben hacer para trasladarse a las unidades de rehabilitación, está la falta de conciencia social de muchos taxistas que se niegan a dar servicio a las personas amputadas, con muletas o en silla de ruedas. El rechazo social es otro lastre con el que tienen que vivir las personas amputadas.

¿Qué ocurre con el pie? y prótesis

• Qué ocurre con el pie diabético

El doctor Fernando Lavalle, director de la Clínica de Diabetes del hospital de la Universidad Autónoma de Nuevo León, señala que las personas diabéticas son más propensas a padecer la amputación de una o ambas extremidades, ya que sus pies en particular sufren cambios fisiológicos como la reducción de irrigación sanguínea, lo que genera pérdida de sensibilidad al dolor y una baja regeneración de las células epiteliales, “por lo que de sufrir una lesión, ésta puede avanzar sin que ellos se percaten y por consecuencia, sufrir la amputación parcial o total de sus piernas”.

• Prótesis para pie diabético

Cuando la amputación es irremediable, es de suma importancia pasar por una terapia psicológica y un entrenamiento previo a la colocación de la prótesis y que tiene que ver con las condiciones adecuadas del muñón, el acondicionamiento físico para el gasto de energía que implica el uso de la prótesis, así como el equilibrio y desplazamiento de locomoción en todo terreno. El proceso de adaptación empieza por saber que el propio muñón es un nuevo órgano al que se unirá un aditamento externo protésico, con objeto de recuperar al máximo las capacidades perdidas. Los objetivos de una prótesis son, entre otros: obtener una óptima bipedestación, lograr que la marcha protésica sea, en lo posible, igual a la locomoción humana normal, reincorporarse a las actividades diarias con la mayor independencia posible y, a través de la fisioterapia, recomponer la simetría corporal.