Yoga como culto al sexo

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Investigadores de la Universidad de British Columbia han registrado que la respiración veloz, conocida como respiración de fuego o agni prasana, puede incrementar el flujo sanguíneo a los genitales.
Salud180, El estilo de vida saludable

POR: Laura Martínez

El estilo de vida saludable

15-02-2013

El hatha yoga, la versión “psicofísica” del yoga, de la cual parten la mayoría de las disciplinas en Occidente, nació de una rama del tantrismo, en la que los devotos “buscaban fusionar los aspectos masculinos y femeninos del cosmos en un estado de conciencia extática”, explica William J. Broad, autor del libro The Science of Yoga: The Risks and the Rewards.

 

El tantrismo, como término que circula en la cultura pop, se asocia casi siempre con el sexo. Según Broad, el hatha se originó como una forma de acelerar los procesos tántricos, usando “posturas, respiración profunda  y actos estimulantes —incluyendo relaciones sexuales— para incrementar el rapto místico”.

El yoga, a través de diferentes asanas y especialmente de bandhas (candados), trabaja los músculos pélvicos que permiten que una mujer tenga más y mayores orgasmos y que un hombre pueda controlar su eyaculación.

 

Otros beneficios relacionados con la excitación y la potencia sexual se han demostrado en diversos estudios:

1. Científicos de Rusia y de la India han medido que la práctica de yoga genera un agudo aumento en testosterona, hormona asociada con el deseo sexual, tanto en hombres como en mujeres.

 

2. Científicos checos han mostrado cómo algunas de las poses del yoga generan picos en la actividad de las ondas cerebrales similares a los que ocurren en personas enamoradas.

 

3. Investigadores de la Universidad de British Columbia han registrado que la respiración veloz, conocida como respiración de fuego o agni prasana, puede incrementar el flujo sanguíneo a los genitales.

 

4. Una nueva investigación en la Universidad de Rutgers estudia cómo el yoga puede fomentar “el éxtasis autoerótico” —al parecer algunos individuos se pueden llevar a estados de rapto sexual e incluso al orgasmos sólo con la mente.

 

Si a esto se le suma el sudor, los cuerpos torneados, la ropa ajustada, el sentimiento de relajación y expansión, y demás factores comunes a una clase del yoga, no debería de ser extraño que algunas personas busquen practicarlo sólo por la atracción sexual que les genera.
 

 

 

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