¿Eres vegano o vegetariano? No sufras en Navidad

Es normal que en las fiestas navideñas se preparen deliciosos platillos para consentir a los familiares y amigos, pero has pensado, ¿qué pasa con aquellos que son vegetarianos o veganos?

Si eres vegetariano (o vegano), sabrás perfecto de lo que te hablo. Coexistir en un planeta de omnívoros, no te será tan sencillo. Puede que tú seas súper “hola, hermanos, amor y paz para el planeta”, pero estas personas muy probablemente se tornen contigo a la defensiva. (Muy probablemente no, también. Digo, si tienes suerte.)

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 ¡No sufras las fiestas!

Por si fuera poco, luego de todo el drama que tienes por comer en lugares que acepten tu régimen o comprar alimentos en lugares que te reconozcan como vegetariano, existe un gran bache en tu régimen alimenticio que, cada año, se encarga de ponerte a prueba. La cena de Navidad. Pero no te preocupes, he aquí consejos que pueden servir:

1. Habla mucho. Es lo principal. Si hablas mucho y te ríes mucho y “tía, ¿qué tal va el tejido?” Estarás bien y tu familia se distraerá de lo que sea que estés haciendo. Inclusive si dejas toda la comida en el plato. “Ay, mamá, es que soy vegetariano. Pero, ¿qué tal va la jubilación de Papá, eh? ¿Se la lleva leve?”

2. Lleva tu propia comida. Además de parecer un loro, puedes llevar tu propia comida. Si la plática está interesante, nadie prestará atención a ti calentando tus Tuppers mientras comes quinoa.

3. Incendia la comida. Ofrécete a ayudar a tu mamá con la comida. Muéstrate súper interesado en la cena y ármate de tripas corazón mientras estés ayudándole a violar al pobre y muerto pavo.

4. Habla con ellos. Podrías dirigirte a ellos y decirles la verdad. Que estás en un régimen que respeta toda condición de vida, así no sea humana. Que buscas el respeto a los seres vivos para que esa crueldad pasmada en los cadáveres que los omnívoros comen, no envenene tu ser así como también tu mente.

5. No digas que eres vegetariano. Ya eres testigo de las críticas, las burlas y demás juicios que te hacen en Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat o hasta tus compañeros de trabajo. “Quítale la carne a la ensalda, o sea,” o “No me quieras convertir.” “Es el ciclo de la vida.”

No queremos que también tu familia se ponga en ese plan, ¿o sí?