Riesgos en niñas y niños con diabetes

La diabetes es uno de los padecimientos crónicos más comunes en la infancia. Alcanza a menores y adolescentes de todas las edades, incluidos aquellos que todavía van a la guardería y a los bebés. A menudo la diabetes en la infancia pasa desapercibida o es tardíamente diagnosticada.

Enfrentarse con la diabetes puede provocar una variedad de sentimientos, en especial inmediatamente después de que un niño se entera de que padece esta enfermedad. Tener que visitar al médico con mayor frecuencia, tomar medicamentos y controlar la dieta representa un gran cambio.

Administración de insulina

A algunas criaturas tal vez les preocupe tener que inyectarse insulina. A otras quizá les moleste tener que modificar su dieta. Cuanto más sepa el menor acerca de la diabetes, mayor será el control que tenga y la posibilidad de manejarla como parte de su vida cotidiana.

Con el tiempo, la mayoría de los niños que padecen diabetes comenzarán a sentirse cómodos con el tratamiento y con las herramientas que necesitan para mantenerse sanos (como los medidores de glucosa en sangre o las inyecciones de insulina).

Encontrar a alguien con quien hablar de la diabetes puede ayudar al menor a sentirse mejor. Conversar sobre la diabetes no evitará que la padezca ni que deba convivir con esa enfermedad. Sin embargo, ayuda a sentirse mejor.

Es importante que sepan que tener diabetes no es su culpa.

Vivir con diabetes

Como parte de su tratamiento para la diabetes, los niños deben llevar una dieta balanceada, que contenga una gran proporción de alimentos nutritivos, al igual que cualquier persona que quiera mantenerse saludable. Sin embargo, cuando comen una mayor cantidad de ciertos alimentos, quizá tengan que ajustar la dosis de insulina. Los carbohidratos, así como el pan y las pastas, aumentarán los niveles de azúcar en sangre. Quienes padecen diabetes pueden seguir un plan de comidas.

Desde el nacimiento, la prevención es la mejor opción. Se puede empezar con la lactancia materna, evitando la alimentación artificial, rica en azúcares innecesarias durante esta fase. También, es necesario evitar la obesidad, para lo cual una alimentación saludable, así como realizar actividades físicas y evitar pasar horas frente al televisor o los videojuegos, es vital.

La escuela

Lo mejor es que las madres y los padres se reúnan con el cuerpo docente y otras personas en su escuela para hablar sobre cómo ayudar a controlar la diabetes. De esta manera, el profesorado y demás personal escolar, sabrá que el estudiante tiene diabetes y ayudarlo en su responsabilidad de cuidar y controlar su azúcar en la sangre. Tomar la medicación, o tal vez visitar ocasionalmente a la enfermera.