Falsas alarmas en la producción de leche materna

Entre el ajuste de leche, las tetadas y el carácter del bebé, siempre ocurren incidentes que pueden poner en duda la correcta periodicidad de los tiempos de lactancia y las cantidades ingeridas. Sin embargo no todas las señales son correctas.

Algunas de las falsas alarmas identificadas por “La liga de la Leche Internacional”, son:

- Los senos se sienten diferentes: si el pecho toma una textura más blanda y no pierde líquido entre tomas, no significa que la producción de leche haya disminuido; por el contrario, la producción de leche se está ajustando a las necesidades del bebé.

- Bebé inquieto: la irritabilidad de los pequeños puede confundirse con falta de alimentación. Poco a poco la madre aprenderá a percibir las causas del llanto; sin embargo, si el ofrecerle el pecho lo ayuda a calmarse no existe problema en hacerlo, pero la actitud del menor no significa que esté recibiendo una mala cantidad de alimento en las tetadas.

- Súbitamente el bebé quiere mamar con más frecuencia: los bebés pasan por etapas de crecimiento rápido en las 2 o 3 primeras semanas de edad, otra vez a las 6 semanas y nuevamente a los 3 meses. En estas temporadas se recomienda que la madre amamante todo lo que le sea posible para aumentar su producción de leche.

- El bebé toma el pecho durante menos tiempo: mientras los bebés crecen se vuelven más hábiles para extraer el líquido materno, por lo que pueden reducir algunos minutos en cada tetada. Es una señal positiva de que la lactancia está bien administrada.

Existen casos en los que los bebés “juntan las tomas”, lo que da como resultado alimentarse con mucha frecuencia por algunas horas y después entren en una etapa de sueño prolongado. Un bebé dormilón, puede necesitar que lo despierten cada 2 o 3 horas para alimentarse, sobretodo cuando tiene ictericia (color amarillento de piel y en la zona blanca del ojo, provocado por el exceso de bilirrubina en la sangre).