¡Deja que se expresen!

¿Cómo entender las emociones en los niños? Hablar abiertamente de los sentimientos con nuestros hijos es la mejor manera de enseñarles a comprender y comunicar sus emociones y las de los demás.

Dicen los especialistas que el hecho de que los niños sepan expresar con palabras si se sienten felices o tristes, angustiados o preocupados, entusiasmados o enojados, hace que aprendan a darse cuenta de lo que les ocurre, controlen sus emociones y escuchen y comprendan a los demás. Todo ello facilita su interacción social.

¡Mantén siempre el contacto!

Los primeros años de vida son fundamentales en la formación de la inteligencia emocional de una persona. De acuerdo con la psicóloga mexicana Claudia Santamaría, profesora de la Universidad Latinoamericana y especialista en niños y emociones, es muy importante conocer las etapas del desarrollo emocional en los niños, sobre todo a partir de los cero a los cinco años.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) opina que las emociones de los niños y las niñas son reales y muy poderosas. Por ejemplo, los pequeños pueden experimentar un sentimiento de frustración cuando no son capaces de hacer alguna cosa o se les niega algo que desean.

El organismo internacional señala que los castigos físicos o cualquier despliegue de violencia son perjudiciales para el desarrollo del niño y de la niña, porque favorece la adopción de un comportamiento violento.

Estrategias para estimular la inteligencia emocional

Según especialistas como Daniel Goleman, autor del libro “Inteligencia emocional”, existen varias estrategias pero destacan:

1. Dar nombre a los sentimientos y las emociones, como la cólera o la tristeza, ayuda a los menores a reconocerlas cuando las sienten. Saber qué es lo que sienten les puede ayudar a sobrellevar esa emoción.
2. Orientarlos. Una vez que saben reconocer sus emociones, es importante darles normas básicas para enfrentarse a ellas. Un ejemplo: en caso de enfado, deben aprender a no hacerse daño a si mismos, ni a los demás y hay que explicarles lo que sí pueden hacer, como dibujar figuras enojadas o aprender a relajarse cuando estén nerviosos o disgustados.
3. Alabar lo positivo. Cuando se enfrenten bien a sus emociones o muestren preocupación por los demás, hay que felicitarlos y hacerles sentir que te das cuenta de ello.
4. Enséñales con el ejemplo. Esta es la mejor manera para que tus hijos entiendan cómo expresar adecuadamente las emociones, sin causar daño. Por ejemplo, si has pasado un mal día en la oficina, ve de paseo en lugar de gritar y desquitarse con los demás.

Si tiene una explosión de mal genio delante de tus hijos, habla luego con ellos y cuéntales por qué estabas enfadado; señálales que te enfrentaste a tus sentimientos de forma equivocada y que intentarás hacerlo mejor la próxima vez. Recuerda que un niño amado, será un adulto seguro de sí mismo.