Así viven los niños un duelo

Los niños viven el duelo de diferente manera que un adulto, no están contaminados con los miedos de la sociedad adulta.

Lo primero que necesitas entender es que los niños son egocéntricos. Ellos creen que todo lo que sucede a su alrededor es su responsabilidad, de manera que pueden pensar que la muerte de alguien está relacionada con ellos”.

  Guíalo…

Primero tienes que hablarle con la verdad, decirle lo que sucedió y explicarle claramente que él no es responsable de esta situación: su ser querido murió y  ya no va estar con la familia.

Si te pregunta a dónde va la persona que muere, se recomienda recurrir a las creencias religiosas de cada familia.

Se vale decirle que se fue al cielo; es importante aclarar que es el alma la que se va, pero se queda el cuerpo en la tierra.”.

Nunca debes mentirle; evita decir que la persona se quedó dormida, porque lo único que conseguirás es que ya no quiera dormirse.

Tanatólogos señalan que hablar de la muerte con los niños, aunque no se viva un proceso de duelo, es recomendable porque todos en algún momento enfrentaremos la muerte de un familiar o un amigo. Es importante hablarlo cuando el niño lo pida.

Cuando no existe una despedida entre los pequeños y la persona que muere, el niño podría sentirse culpable, para evitarlo se le debe explicar que ningún individuo decide cuándo morir y que seguramente se hubiera querido despedir de él, pero le fue imposible.

  Proceso natural…

El niño puede preguntar si él mismo va a morir y los padres o familiares deben explicarle que todos vamos a morir porque se trata de un proceso natural en la vida.

También es importante validar la tristeza del niño ante la pérdida y permitirle que llore y exprese su duelo.

Si el niño empieza a tener conductas agresivas o de tristeza,  presenta insomnio, ansiedad o mucho miedo de irse a dormir, pide ayuda con un sicólogo o tanatólogo.