Así evitarás que tu hijo se “salte” el desayuno

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Ethel Soriano

POR: Ethel Soriano

El estilo de vida saludable

11-04-2016

¿Qué hacer cuando los niños no quieren desayunar? Aunque no lo creas esta situación es mucho más común de lo que imaginas, porque normalmente a esa hora de la mañana rechazan cualquier alimento.

 

El desayuno es vital para los niños, sobre todo si consideramos que viene de un largo ayuno de toda una noche. No hacerlo tiene un impacto negativo:

 

  1. Afecta el aprovechamiento y el desempeño físico y mental
  2. Impacta en la habilidad para recordar y utilizar información recién adquirida
  3. Altera la fluidez verbal y control de la atención

 

Un desayuno no adecuado hará que los niños sientan, a media mañana, la necesidad de consumir alimentos que le brinden un gran aporte energético como los que tienen alto contenido en azúcar y ácidos grasos (papas, refrescos, pastelitos y productos similares) y que están directamente relacionados con el sobrepeso y obesidad por su alto contenido calórico.

 

Hay que destacar que la ingesta inadecuada de vitaminas y minerales, y los nutrimentos que se pierden al no desayunar no son recuperados en otras comidas a lo largo del día… ¿Qué hacer entonces?

 

1. Dale variedad al menú

 

Ofrece  alimentos saludables pero a gusto del niño, para que su desayuno sea antojable.

 

 

2. Haz atractivo el momento

 

Busca tazas y platos con motivos infantiles y colores vivos. Si no tienes tiempo de poner la mesa por la mañana, déjala preparada por la noche.

 

 

3. Evita las cenas abundantes

 

Esto hará que el niño no tendrá ganas de desayunar, pero si la cena es ligera y temprana, se levantará con hambre.

 

4. No lo obligues a comer

 

Cuando eso sucede lo único que ocasionas es que ambos pasen un mal rato. Asegúrate de que duerma lo necesario.

 

Por regla general, si duerme bien se despertará con hambre y si se levanta con sueño, se mostrará inapetente. La solución es simple: acostarlo más temprano.

 

5. Da un buen ejemplo

 

Muchos aprendizajes de los niños son por imitación; de ese modo es imprescindible que los hijos aprendan de nosotros el buen hábito de desayunar.

 

Compartir ese momento desde el principio, dedicándole al menos 20 minutos, ayuda a establecer una rutina de desayuno, y más aún se vuelve un momento especial entre padres e hijos.

 

Considera que para lograrlo tal vez sea necesario modificar nuestros hábitos, pero pequeños pasos son los que cuentan y lo que constituye la base de una vida saludable.

Aclaracion:

El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, más no la ideología de Salud180.com

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